Indicador político
Una visita presidencial es siempre algo que interesa. Las mañaneras se miran y escuchan en lo local, como quien espera que se solucionen de inmediato los males que aquejan; pero al mismo tiempo, junto con los problemas, también se busca que haya señales. Oráculos que revelen pistas de los planes políticos del futuro.
En ese sentido, tal vez pocos habrán advertido secuencias de la lógica presidencial sobre lo que espera suceda en el liderazgo del país, dicho de otro modo: en torno a la sucesión. Porque AMLO dijo en Culiacán: “A mí me quedan dos años, cuatro meses, pero vienen las nuevas generaciones y estoy seguro de que va a continuar la purificación de la vida pública”. Así de claro.
El contexto discursivo, -era para no variar- los males de la corrupción del pasado. No los de ahora.
Las definiciones en este tipo de eventos, se supone, son sin desperdicio. Y evocando el estilo de Luis Spota en su famosa serie literaria La Costumbre del Poder, la novela política de la hegemonía príista suenan algunas palabras de AMLO como si fueran las del Retrato Hablado de esa colección.
Porque textualmente, después de puntualizar el término exacto de su periodo, un lapso del inconsciente o de franca revelación, expresó que el relevo de ese liderazgo, autocalificado como purificador, pertenecería a las nuevas generaciones.
La declaración en cuanto a la característica del mando de pertenecer a las nuevas generaciones, no parece coincidir con los perfiles de una Claudia Sheibaum, de Marcelo Ebrard o de Adán Augusto López, todos ellos generacionalmente contemporáneos de López Obrador, y considerados como cabezas del morenismo de hoy. Habría que recordar que además fueron bautizados en su momento, por su jefe, como corcholatas, es decir, objetos destapados sin vida útil más adelante para tapar algo.
Y como en nuestro amado país, la mecánica del pasado, la de usos y costumbres políticas del mexicano, tiene tatuada la tradición del tapado, tal vez esa emoción siga vigente y los destapados por eso ya son sino corcholatas.
¿Habrá que ver quienes forman en el tapadismo de la nueva generación?
Por lo pronto en Culiacán estuvo Zoé Robledo del IMSS ¿uno de ellos?