Indicador político
“Vicente Muñiz Arroyo”
“Que cierta ambición sagrada invada la mente para que no satisfechos con la mediocridad anhelemos lo más alto y nos esforcemos por alcanzarlo (cuando podamos y queramos) con todas nuestras fuerzas.”
Fragmento del Discurso sobre la Dignidad del Hombre,
Giovanni Pico Della Mirandola, 1496.
Desde hace tiempo tenía intención de recordar a un hombre originario de Michoacán al que no se le tiene en el imaginario popular y a quien se le debería de reconocer en mayor medida en virtud de sus proezas profesionales, él es don Vicente Muñiz Arroyo, originario de Churintzio y ex embajador de México en Uruguay. En el pasado reciente leí un digno reportaje sobre él y el golpe de estado de Uruguay de 1973 (El País México: 2023) y por ello retomé este esfuerzo de recordarlo.
De acuerdo a sus datos biográficos, nació un 12 de noviembre de 1925 en Churintzio, Michoacán, siendo el mayor de cuatro hermanos. Asimismo, realizó estudios de economía en la UNAM y pronto se incorporó a puestos en la administración pública. Fue representante de México en la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio —hoy ALADI— en dos etapas.
Vicente Muñiz Arroyo fue brillantemente evocado en la nota periodística previamente citada por haber fungido como embajador mexicano en en la República Oriental del Uruguay entre 1974 y 1977 y haber dado asilo a poco más de 400 uruguayos —200 viviendo al mismo tiempo en la embajada y en casa de don Vicente— posterior al golpe de estado del 27 de junio de 1973 que devino en la dictadura de aquel país.
En lo personal, tuve conocimiento de tan ilustre michoacano hace 10 años, cuando laboraba en la Secretaría de Cultura de Michoacán y donde fuimos invitados a una presentación editorial de una de las descendientes de los tantos uruguayos que se quedaron a radicar en nuestro país por conducto de Vicente Muñiz. Ella nos narró el impacto que tuvo el acto humanitario por el cual fue favorecida su familia y su descendencia. Gracias al embajador mexicano pudieron sacar adelante una vida en libertad. Desde aquel momento quedé marcado por lo transmitido por esta heredera de asilados.
Don Vicente Muñiz Arroyo se suma a una pléyade de michoacanos que han destacado fuera de Michoacán y cuyo listado encabeza don Alfonso García Robles. En la primera década del siglo XXI se le homenajeó a don Vicente en la ciudad de Montevideo con la colocación de un monolito en su honor, sumándose a otro mexicano laureado en la tierra de José Gervasio Artigas: Amado Nervo.
Sobre documentos o filmografía que puede consultarse acerca de lo vivido por Vicente Muñiz puede revisarse el documental Más allá del reglamento del año 2010.
En tiempos en que se enaltece la medianía y la podredumbre del Gobierno de Michoacán, misma que encabeza el propio Gobernador del Estado, Alfredo Ramírez; hay que recordarles a él y sus funcionarios de confianza que existieron hombres que les han antecedido y que han dado prez y honor a nuestro estado y a México, con actos muy por encima de sus actuales responsabilidades burocráticas.
Finalmente, los personajes más ilustres que ha dado Michoacán han tenido que dejarlo para dar lo mejor de sí desde otras demarcaciones. El caso de Don Vicente Muñiz Arroyo es uno de tantos que pueden citarse no sólo en la rama diplomática sino muchas otras disciplinas. Así, vendrán futuras generaciones que darán hombres y mujeres de talento y preclara inteligencia que pondrán de nuevo en alto el nombre de Michoacán con sus obras y actuar.
Sirva esta colaboración semanal como un humilde homenaje a un gran michoacano que inscribió su nombre en la historia diplomática con gran humanismo y sentido de justicia. Honor y respeto a quien lo cosechó, no hay más.