La Constitución de 1854 y la crisis de México
México será gobernado por una mujer. Su principal opositora fue mujer. Mujeres presiden la Corte, el Tribunal Electoral, las Cámaras del Congreso y el INE. En el próximo gabinete y el Congreso habrá paridad de género. No hay precedente en el número de gobernadoras y alcaldesas en el país. Aunque positivo el cambio, no se observa lo mismo en el sector privado y qué no decir de la base social: desigualdad, violencia y marginación. Para muchas mujeres no ha cambiado la vida. Los feminicidios, el abuso sexual o la violencia intrafamiliar es cruel recordatorio del largo camino todavía por recorrer. Es evidente que las mujeres en la política han tenido mejor suerte que las demás. La historia de Donald Trump y su campaña para regresar a la presidencia pareciera que en el país más poderoso del mundo no importa estar gobernado por un delincuente, además de impresentable misógino, de una conducta indefendible. Cuestión de escrúpulos, no de principios. Arrogancia sin límites, mentiroso y ventajoso. Calificar como imbécil a su adversario presidente es una bajeza mayor. Hasta hace semanas su camino a la presidencia parecía incontenible. Con la candidatura de Kamala Harris el cuadro ha cambiado. Aunque el pronóstico del resultado todavía favorece al expresidente, día que pasa pierde terreno y lo más trascendente, los sondeos muestran que la vicepresidenta Harrises más competitiva que Joe Biden. Estudios recientes indican un virtual empate y una muy ligera ventaja de la demócrata, incluso empate en estados clave para la mayoría en el colegio electoral. La candidata Harris escogió al gobernador de Minnesota Tim Walz como compañero de fórmula. Un exmilitar, orgulloso profesor casado con una profesora. Los cambios legislativos promovidos por Walz ponen en claro la postura progresista de la candidata: comida escolar universal, legalización de la marihuana, protecciones para el aborto y medidas de control de armas, no discriminación por preferencia sexual. Llama la atención que Harris no haya optado por un prospecto de equilibrio como pudiera ser el gobernador de Pennsylvania, Josh Shapiro. Harris arriesga con la certeza de que la agenda liberal es la mejor respuesta al populismo conservador de Trump/Vance. Desde el campo contrario han dejado correr la idea que es una situación temporal, luna de miel y que pronto Trump recuperará ventaja. No es claro que así suceda. Los errores cometidos son costosos y algunos irreversibles. El candidato a vicepresidente J. D. Vance no ha sido acertado en sus ataques a Harris. Lo mismo Donald Trump, quien ha traído al centro de manera desafortunada el tema racial, lo que incrementa el apoyo de los votantes negros e hispanos en torno a Harris.