Indicador político
Primero, desde LeBarón, quiero externar mi solidaridad con el pueblo de
Acapulco, Guerrero, estoy convencido que con su fuerza y apoyo de todos los
mexicanos, pronto se pondrá de pie, para regresar más fuerte que nunca.
Aprovecho este espacio para comentar que hace unos días me otorgaron el
cargo honorario de Delegado de Vinculación con el Sector Agrícola por
Movimiento Ciudadano, de la región noreste de Chihuahua, estoy convencido
que me permitirá trabajar para dar solución a los problemas del campo que
hemos tenido en la época reciente.
El campo ha representado mucho para nosotros como comunidad. Gracias a
la agricultura pudimos establecernos como comunidad. Somos de una parte
del noroeste de Chihuahua, donde cuesta más trabajo que la tierra produzca,
y aún así, por generaciones hemos logrado que nos de sus frutos.
Nosotros la honramos cuidándola, viviendo dignamente de lo que ofrece,
inculcando el amor a este sector a nuestros jóvenes, y generando
prosperidad para la región. Sin embargo, como pasa en todo México, el
campo no es prioridad para el gobierno, a pesar de lo que representa para los
mexicanos.
Los productores del noroeste de Chihuahua necesitan una solución al
problema de la falta de energía eléctrica para el campo. Para completar los
ciclos del trabajo de la tierra, es necesario la electricidad, pero hasta el
momento es insuficiente; la Comisión Federal de Electricidad no puede con el
paquete, además de que se evidencia un problema de corrupción que nos
tiene en crisis y al borde una catástrofe.
Quienes producen en esta gran extensión de tierra, logran cosechar algodón,
maíz, sorgo, cebolla, chile, trigo, nuez, entre otros productos, y representa,
en algunos cultivos, un importante porcentaje de la canasta básica de
alimentos en el país, por ejemplo se produce hasta el 20 por ciento de
algodón que utiliza a nivel nacional, pero por la crisis que se atraviesa, se ha
perdido hasta el 70 por ciento de las cosechas.
Hoy muchos productores están en quiebra y lo único que cosechan son
deudas. Hay instituciones financieras que ya tomaron tierras porque los
agricultores no pudieron pagar, resultado del monopolio ineficaz de la CFE
para abastecer de electricidad.
Nuestras comunidades son agrícolas, es decir que alrededor del campo,
edificamos nuestras ciudades y poblados, escuelas y centros religiosos, así
como las unidades productivas, por lo que nuestra vida, gira en torno al
campo.
El mismo problema lo tienen escuelas, hogares, comercios, que no tienen
energía, ni para los electrodomésticos. Ejemplos sobran, pues en la región las
temperaturas son extremas y se tienen que suspender las clases varias veces
al año porque el aire acondicionado o la calefacción no funciona, y no se
puede tener a los muchachos expuestos tantas horas a climas extremos. Hay
ocasiones en que no hay agua potable, porque las purificadoras funcionan
con energía.
Si se deja de producir, no sólo perdemos cosechas, hablamos de
comunidades enteras que se encuentran vulnerables, y no queremos ser
parte de las estadísticas de poblaciones abandonadas.
Aunado a esto, existen lugares en los que la inseguridad es la principal causa
por la que no se puede dotar la energía. Hay grupos de presión que
representan intereses poco claros y usan la fuerza para alcanzar sus
objetivos. Hbamos por las miles de familias que dependen de la actividad,
por los productores y por los mexicanos en general, que muy pronto
comenzarían a sentir las secuelas de esta situación.