Indicador político
Arturo Zárate Vite
En 2023, va el resto del PRI.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha gobernado toda su vida los estados de
México y Coahuila, más de nueve décadas, lo último que le queda de las 32 entidades
que alguna vez tuvo bajo su control, sin sombra de la oposición.
Tiene un pedacito de Durango, porque aliados con el PAN y PRD, evitaron que el
pasado 5 de junio cayera en manos de Morena. Eran panistas los que gobernaban la
entidad norteña, así que esta vez, alcanzó una tercera parte del poder estatal en la
administración que viene.
Para el próximo año Edomex y Coahuila estarán en diputa. El partido en el poder va
por los dos, sobre todo por el estado de México, que tiene el mayor número de
electores en nuestro país, alrededor de 12 millones de ciudadanos con credencial del
INE, de ahí su importancia con miras al 2024.
Se ha desfondado el tricolor, va en caída libre, sin paracaídas, sin una estrategia que
le permita revertir la tendencia adversa. Carga con el desgaste de la dirigencia
nacional que, de no relevarla pronto, podría convertirse en bomba de tiempo para la
propia existencia del partido y en lo inmediato estaría en riesgo mantener lo que
todavía le queda.
En el estado de México va abajo en las encuestas. Morena tiene entre sus aspirantes
a Delfina Gómez, Higinio Martínez y Horacio Duarte, los tres con significativa
presencia estatal, sobre todo la primera. La alianza PAN-PRI-PRD consideraría la
candidatura de Ana Lilia Herrera. Movimiento Ciudadano, que a todas quiere ir solo,
propondría a Juan Zepeda.
La alarma está encendida en el tricolor. El famoso grupo Atlacomulco que partió el
queso político mexiquense por muchos años, nada más conserva la fama, ya no
tendría la fuerza para garantizar el éxito en 2023.
En Coahuila las encuestas hablan de empate, con ligera ventaja para el
Revolucionario Institucional. El actual gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís no se
ha visto envuelto en escándalos como sus antecesores, lo que ayudaría a las
aspiraciones de su partido.
De cualquier manera, no la tiene fácil, por eso el empate en los números, no hay nada
definido.
La triada PAN-PRI-PRD deberá de escoger candidato entre el priísta Manolo Jiménez
o el panista Guillermo Anaya.
Morena tiene en su lista de competidores al subsecretario de Seguridad Ricardo Mejía
y al senador Armando Guadiana. La responsabilidad que ahora tiene le ha servido a
Mejía para promoverse, mucho más que la difusión alcanzada por Guadiana como
legislador.
Para ambos bandos, las elecciones en los estados de Coahuila y México, serían
determinantes para lo que viene en 2024. De ganar la triada las dos entidades,
avivaría su esperanza de recuperar la presidencia. Si las pierde, tendría que irse
despidiendo de nueva alternancia en el poder.
Hay otro aspecto que no se puede dejar de mencionar, los conflictos internos de los
partidos. Ninguno está exento. El que los resuelva o sepa sobrellevar, tendrá una
ventaja más en la competencia.
En el caso particular del PRI, perder Edomex y Coahuila sepultaría su historia de
partido hegemónico.
[email protected]
@zarateaz1
arturozarate.com