Poder y dinero
Mónica y Taddei
Ni a la magistrada Mónica Aralí Soto Fregoso, originaria de Baja California Sur, ni a la
consejera Guadalupe Taddei Zavala, originaria de Sonora, se les debe identificar,
porque sería injusto, con alguno de los partidos políticos. No están alineadas con
ninguno que tenga largo historial y tampoco con los de reciente creación.
La responsabilidad que ahora tienen se la deben a su propio esfuerzo, al dominio de
la materia electoral, especializadas en el tema y con experiencia de 30 años en
instituciones electorales.
Mónica Aralí Soto Fregoso llegó a la sala superior del Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación (TEPJF) en 2016, a propuesta de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación y por el voto de las dos terceras partes de los integrantes del
Senado, cuando el grupo parlamentario mayoritario era del Partido Revolucionario
Institucional.
Nada tuvo que ver Morena en su ingreso a la sala superior del tribunal, que por ley le
tocará calificar la elección presidencial de 2024 y declarar presidenta o presidente
electo al que obtenga más votos.
Y su reciente ascensión a presidenta del mismo tribunal, cargo que empezará a
ejercer a partir del nuevo año, fue por voto mayoritario de quienes integran dicha sala
superior.
Se puede decir que la escalada fue inesperada, porque quien se venía
desempeñando en la presidencia, Reyes Rodríguez Mondragón, pintaba para
mantenerse en el cargo en el siguiente proceso electoral. No sucedió por diferencias
entre integrantes de la sala superior, que por el momento funciona con cinco
magistrados. Está pendiente que el senado, desde noviembre pasado, elija a quienes
ocuparán dos vacantes que existen porque en octubre concluyeron su periodo Indalfer
Infante y José Luis Vargas.
Las diferencias afloraron con la inasistencia de tres magistrados al informe anual de
Rodríguez Mondragón en el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Una
forma de protesta y solidaridad de los ausentes con su compañero Felipe de la Mata
Pizaña, quien promovió denuncia penal al advertir que pretendían chantajearlo con la
acusación de acoso y abuso sexual, para obligarlo a renunciar. La acusación atribuida
precisamente a una colaboradora de Rodríguez Mondragón.
Hasta el momento, el Consejo de la Judicatura Federal, responsable de vigilar el
comportamiento de juzgadores, no ha dicho absolutamente nada, ni siquiera si
investiga. Quizás por eso el magistrado De la Mata optó por recurrir a la Fiscalía
General de la República.
Asunto delicado que provocó reacomodo en la sala superior y el ascenso de Mónica
Soto.
En el Instituto Nacional Electoral (INE), GuadalupeTaddei Zavala, tampoco llegó a la
presidencia del Consejo General porque así lo quiso Morena o alguno de los otros
partidos.
La supuesta candidata del partido guinda era Bertha Alcalde Luján, quien se quedó en
el camino al no lograr el consenso necesario; no quedó más remedio que tomar la
decisión por sorteo. El nombre afortunado fue el Guadalupe Taddei Zavala.
No ha sido fácil para la sonorense llevar las riendas del instituto, porque pronto se dio
cuenta que hay consejeros y consejeras que creen que los puestos de dirección se
deben de repartir entre ellos y ellas como si fueran parte de un pastel, en atención a la
regla no escrita aplicada en el pasado y en función de las comisiones que les
corresponde presidir.
Por esa situación que puede ser explicable, porque al final cada uno de los consejeros
y consejeras buscaría contar con su equipo dentro del instituto, como asesores o
funcionarios, para asegurar confianza y eficiencia, se ha complicado el entendimiento
entre miembros del Consejo General.
Lo que hace falta es garantizar la organización de las elecciones y que no pierdan de
vista que la conducción del capitán o capitana es clave para que el barco, en el que
van todos y todas, no se vaya a pique.
@zarateaz1
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