Indicador político
Genio y figura…
Algunos pintores transforman el sol en una mancha amarilla, otros transforman una mancha amarilla en el sol: Pablo Picasso
A 45 días del cambio de gobierno, el presidente López Obrador exhibe en la conferencia mañanera una vez más su proclividad a abusar del poder que se le ha conferido, de forma ilegal: usó su posición de jefe de Estado y de gobierno para atacar a Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), asociación civil sin fines de lucro, con una exposición masiva de datos personales de sus trabajadores y donantes.
¿El motivo? El mandatario acusó a MCCI de ser parte de promover la tendencia en redes de #narcopresidenteamlo, y puso a Pablo Gómez, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) a exhibir, de forma ilegal, los datos personales de más de 200 trabajadores, incluidos periodistas, con sueldos y nombres de empresas y personas donantes –nacionales y extranjeros– con los montos de sus aportaciones.
Pablo Gómez aseguró que entre 2016 y 2023. MCCI tuvo ingresos por 502 millones 588 mil pesos, de los cuales 96 millones 740 mil 613 pesos fueron enviados por la embajada de Estados Unidos en México a partir de 2018, desde que AMLO es presidente.
La mañanera dedicó más de una hora al tema, y dio ejemplo de lo que pasa con quien cuestiona las acciones del Ejecutivo. Para quien quiera conocer más las razones de su ira podría consultar el libro “Los puntos sobre las íes, el legado de un gobierno que mintió, robó y traicionó”, escrito por Maria Amparo Casar (Ed. Debate), presidenta de MCCI.
El exaltado ataque llevó a López Obrador a anunciar una estrategia desorientada pues amenazó con enviar una carta al presidente de Estados Unidos, Joe Biden reclamándole por financiar a un grupo opositor, acusándolo de injerencia en asuntos que competen sólo a los mexicanos.
Maria Amparo Casar, presidenta de MCCI explicó que los fondos que recibe MCCI son legales y transparentes. Las donaciones de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés) no son del gobierno estadunidense, sino que son aprobados directamente por el Congreso de esa nación, y son para apoyar los esfuerzos de organizaciones sociales contra la inseguridad, la violencia, la impunidad y la corrupción.
Inclusive, dijo, si los fondos fueran injerencistas, el gobierno de AMLO tendría que explicar por qué los aceptó: entre 2019 y 2021 USAID otorgó 17 mil millones de pesos, 57% del total al gobierno de México. Sólo en 2023 recibió la administración de AMLO 11.7 millones de dólares, apuntó Casar, quien rechazó que en MCCI se haya mencionado siquiera #narcopresidente, como se señaló en Palacio Nacional, y acusó al mandatario de hostigamiento por causas políticas.
En ridículo total quedaría el presidente de todos los mexicanos de hacer la misiva anunciada y ordenar a la SRE una nota diplomática de extrañamiento. Creo que antes de reaccionar debiera informarse, lo cierto es que dada la política de comunicación social que impulsa el obradorismo de no aceptar la crítica, sin este tipo de financiamientos muchos medios latinoamericanos no podrían sobrevivir, quizá esa sea la finalidad de tanto denuesto.
Las acciones en contra de MCCI incluyen la orden presidencial a la Procuraduría Fiscal para que junto al SAT realicen una investigación exhaustiva de los donativos que recibe la asociación; pero lo que más nos muestra el estado emocional del mandatario a mes y medio del final de su periodo es la frase: “Todavía estamos a tiempo de presentar iniciativas de ley…” : ¿deveras?
López Obrador anunció que enviará al Congreso una iniciativa para impedir que las donaciones a asociaciones civiles sean deducibles de impuestos. Explicó: “que no sea con recursos del mismo pueblo que se lleven campañas en contra de los intereses de los propios mexicanos… a cargo de grupos facciosos”. Sería más preciso decir contra los intereses del grupo en el poder.
Morena con 40% de votos recibidos es “el pueblo” según el amado líder, el 60% restante, para él no existe. ¿Quién es el faccioso? Lo cierto es que el tiempo en el cargo presidencial se acabará en poco más de un mes, y un mandatario con la personalidad de AMLO seguramente está enfrentando la crisis emocional por la proximidad de tan enorme pérdida.
Aunque no se descarta que el mandatario podría echar mano de una más de sus tácticas distractoras, lapidando públicamente, como acostumbra en sus mañaneras, en este caso a una sociedad civil que le ha sido muy incómoda, que ha desnudado públicamente la corrupción en su gobierno, en su familia y en sus más cercanos colaboradores.
A últimas fechas, el caso de la “aparición” del capo sinaloense Ismael “El Mayo” Zambada en Texas, Estados Unidos, sin conocimiento ni intervención alguna del gobierno mexicano, según declaraciones y dimes y diretes del presidente López Obrador y de su secretaria de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez, ha dejado muy mal parados a los servicios de inteligencia gubernamentales. Atrás se esconde una trama de arreglos y negociaciones inconfesables.
El gobierno de AMLO, dicen que se hace como el Tío Lolo… al tiempo que ignora a los ciudadanos que defienden y reclaman sus derechos electorales frente a la intentona hegemónica de Morena y aliados. También minimiza las marchas y las protestas donde se exige al gobierno que frene a la delincuencia, criminal y voraz, que se apodera de vidas, territorios, productos y servicios ante la connivencia de autoridades municipales, estatales y nacionales.
¿Qué pretende AMLO al asumir un comportamiento invasivo e irrespetuoso con la próxima presidenta electa?
Con el pretexto de que son parte de un proyecto le ha impuesto a funcionarios de gabinete; impulsa la sobrerrepresentación de Morena en el Congreso; acelera reformas constitucionales de gran calado; hasta citó a Omar García Harfuch para qué: ¿será que le dio línea para mantener su estrategia fallida de seguridad pública? Quizá quiera retrasar el juicio histórico de sus errores y alianzas. Ya veremos.
Enmedio de todos sus pendientes, el presidente saliente ya mandó a hacer el retrato que conserve su gallarda y egregia imagen para la historia, en un lienzo de lino importado de Bélgica de 1.35 metros de ancho por 2.25 metros de alto, el cuadro al óleo será pintado por el artista yucateco Jorge Ermilo Espinosa Torre, quien cobrará casi 696 mil pesos.
Representará a AMLO como seguramente alguna vez lo soñó el obstinado joven de Tepetitán, Tabasco, quien logró la presidencia tras azarosa carrera: se inició como priísta, luego fue dirigente de marchas y mítines de protesta opositoras al régimen, fue fundador del PRD y creador de Morena.
Lo acepte o no, parece haber idealizado a aquél partido hegemónico que sirvió para entronizar a presidentes de la República en lo que el escritor peruano Mario Vargas Llosa llamó “la dictadura perfecta”, a semejanza de un reino de Dios más que a gobiernos democráticos,
En el contrato AA-02-113-002113999-N-32-2024, de adjudicación directa, se incluyen los símbolos que deberá reunir el retrato que realice el joven y talentoso pintor Espinosa Torre: que luzca el bastón de mando tradicional de los pueblos indígenas, se ubique en el balcón central de Palacio Nacional y de fondo el zócalo de la ciudad de México con gente “sin definición de identidades”.
Ya se imaginó seguramente en un buen lugar del Salón Presidentes de Palacio Nacional, entre retratos de sus antecesores –menos creativos–, el del líder de la 4T lucirá en toda su grandeza, como “el presidente del pueblo”, de pie en las alturas, en el corazón histórico de nuestra mexicanidad, seguramente quitará el aliento a quien lo observe.
Me recordó un episodio similar protagonizado por Wiston Churchill, a punto de retirarse del segundo periodo como primer ministro del Reino Unido, fue pintado a petición de la Cámara de los Comunes por el artista inglés Graham Sutherland, sin concesiones, en todo su declive físico, generando en el legendario estadista y Premio Nobel de Literatura 1953, un odio atroz contra la obra, la cual finalmente fue destruida por órdenes de su esposa lady Churchill. Ojalá y esta no sea una desilusión más con costo al erario público.
—oo0oo—