Indicador político
Poder del voto, no devotos
Para los populistas del siglo XX,
las referencias son bíblicas,
religiosas y cautivantes: Loris Zanatta
Mientras el ministro Arturo Zaldívar abdica al tormento de tratar de cumplir con la obligación
ética de juzgar con imparcialidad e independencia, en beneficio de una objetividad carente de
influencias externas, a poco más de un año de concluir su periodo de 15 años, solicita licencia
para volver al redil y hacer doble favor al Buen Pastor, con oportunidad de nombrar otra oveja,
que le sirva para cubrir sus espaldas.
(Juan 10:1-25 NBV) Jesús dijo: “Es verdad que para entrar al redil de las ovejas hay que entrar
por la puerta, porque el que salta por otro lado es un ladrón y un bandido. En cambio, el que
entra por la puerta es el pastor de las ovejas. El portero le abre a este la puerta y las ovejas
oyen su voz”.
Realmente la renuncia del ministro Arturo Zaldívar es la confirmación de ser un auténtico
lopezobradorista que cumple con la “lealtad a ciegas” que exige el presidente a sus devotos —
hacia él y su proyecto político–, según externó el 24 de septiembre de 2020.
La declaración sorprendente fue luego de la dimisión de Jaime Cárdenas, titular del Instituto
para Devolver al Pueblo lo Robado (INDEP), cargo en el que duró tres meses y del que salió
huyendo de la corrupción y saqueo de los bienes incautados a delincuentes por parte de
supuestos devotos de AMLO.
El doctor en derecho Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, ministro de la Corte encubrió con toga y
birrete su verdadera identidad de lacayo de la 4T, a lo cual alude en su renuncia: “quiero seguir
colaborando en la Trasformación de México”, dijo sin rubor.
Cuando fue nombrado magistrado por el presidente Felipe Calderón, engañoso, parecía un
jurista independiente. Fue presidente de la SCJN del 2019 al 2022, ya sabemos que luchó
soterradamente por prorrogar su presidencia.
Avaló la militarización de la Guardia Nacional de modo que congeló ese y otros asuntos de
urgente resolución, en concordancia con las órdenes de su pastor, ajenas a la Constitución y al
interés público.
El twiter de su renuncia apareció en forma simultánea a una foto con Claudia Sheimbaun, y
con las mismas palabras del tuit dio acuse a su carta la Suprema Corte, la cual no tiene mayor
injerencia en la aprobación o rechazo de la renuncia.
Lo de la foto con la aspirante presidencial de Morena demuestra la desfachatez con que el
ministro pretende desacatar la Constitución (Artículos 5°, 98 Y 101), que establecen
impedimentos para actuar ante el Poder Judicial de la Federación los dos años siguientes a la
fecha de su retiro, entre otros.
Todavía al final de su renuncia tuiteada nos receta una frase cuatrotera e incongruente con su
conducta: “Hasta que la igualdad y la dignidad se hagan costumbre”.
No, es obvio, la renuncia de Zaldívar no es por causas graves, como establece la Constitución
para aprobarla; sin embargo, el jefe del Ejecutivo, ya la despachó en La Mañanera de este
miércoles 8 de noviembre, declaró: “ya la acepté”.
Ojalá y así de rápido corrigiera sus agravios a los damnificados de Otis, por ejemplo, y enviar
apoyos a los 43 municipios de Guerrero que en principio fueron declarados Zona de Desastre
en el Diario Oficial de la Federación, y luego, sin más, los redujeron a seis, para acabar con
sólo considerar a dos.
Ahora falta que con las dos terceras partes del Senado se apruebe la renuncia, de ser así el
jefe del Ejecutivo enviará una terna para la sustitución, si en la primera no se logra la mayoría,
habrá segunda terna, si esta volviera a no obtener los votos necesarios en la cámara alta,
AMLO designará a uno de tres candidatos, y listo. Adelantó que propondrá ternas de mujeres,
“porque son más honestas”.
Recordemos que ese no fue el caso de la ministra Yazmín Esquivel Mossa, esposa de José
María Riobóo –el contratistas preferidos de López Obrador–, quien llegó al cargo a propuesta
del presidente en 2019, pero quien fue denunciada en Latinus por el escritor Guillermo
Sheridan de haber plagiado su tesis de licenciatura.
Luego de dimes y diretes con la SEP, y de una exhaustiva investigación, la UNAM tiene el
veredicto, pero no ha podido hacerlo público pues la ministra recomendada por AMLO ha
acudido a amparos legales para evitar que su alma mater pudiera invalidar su título profesional,
lo que la haría no apta para seguir en el cargo de ministra.
¿Veremos el desenlace de esta vergonzosa historia? El Rector Enrique Graue se mantiene muy
prudente a días de concluir su periodo, ya que la máxima casa de estudios no escapa a las
ambiciones de control de la 4T, empeñada en destruir libertades académicas y de pensamiento.
Estamos a días de conocer al Rector electo por la Junta de Gobierno para el próximo
cuatrienio.
¿A quién traiciona un funcionario público cuando miente sobre su identidad profesional, su
formación académica o cuando resulta inepto para el cargo que ostenta? ¿A quién podemos
recurrir cuando se miente sobre las verdaderas intenciones presidenciales de poder
transexenal?
¿Qué hacemos con el gobernante que repite cifras alegres y miente sobre el aumento de la
pobreza, disminución de los índices de bienestar social como la salud; aumento de la
corrupción, la inseguridad, los homicidios y las desapariciones, así como los índices de
impunidad, y además endeuda al país como nunca antes en la historia?
Vemos que presupuestalmente disminuyeron los recursos para los organismos constitucionales
autónomos que fueron creados para proteger nuestra democracia, garantizar elecciones limpias
o hacer contrapeso al Ejecutivo, así como dar transparencia al manejo de recursos públicos y
proteger derechos ciudadanos (INE, INAI). AMLO quiere desaparecer al Poder Judicial, así
como restar eficiencia al Tribunal Electoral Federal.
Recién decidió el gobierno cuatroteísta apoderarse de los recursos de fideicomisos constituidos
para garantizar prestaciones a trabajadores del Poder Judicial, aunque esto aún no se consuma
la amenaza latente ha provocado protestas contra el Gobierno Federal de miles de empleados
garantes de preservar el Estado de Derecho.
Esto se suma a los recursos por la desaparición de más de un centenar de Fideicomisos en
septiembre de 2020, entre ellos, el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) –ahora tan
necesario–, el Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento, el Fondo de Cooperación
Internacional en Ciencia y Tecnología, el Fondo de Innovación Tecnológica de la Secretaría de
Economía.
Se desmantelan instituciones creadas para preservar la democracia y eficiencia del país,
aquellas que evitarían la concentración excesiva de poderes en el Presidente de la República,
pero el sistema se ha desgastado con la complicidad de cientos de legisladores sumisos en las
cámaras de diputados y senadores.
Se trata de legisladores de los partidos políticos Morena, del Trabajo y Verde Ecologista,
incapaces de contradecir a López Obrador, no levantan la cabeza ni siquiera para decidir enviar
un fondo extraordinario para la reconstrucción de la devastación provocada por el huracán Otis.
En contrapartida, aumentaron los recursos para las costosas e improductivas obras faraónicas
del presidente, para el barril sin fondo de PEMEX y para uso indiscriminado y opaco de los
encargos a militares.
El domingo pasado arrancaron las primeras precampañas, y el próximo 20 de noviembre se
iniciarán en el resto de los estados con elecciones. ¿De verdad los mexicanos queremos más
de esto?
Cada mexicano es libre -todavía- de elegir qué país queremos, aprovechemos las próximas
elecciones del 2 de junio de 2024, ejerzamos nuestro derecho al voto libre y secreto y démosle
un revés a quien ha abusado del poder durante más de cinco años y a sus correligionarios e
incondicionales, a quien cada día hábil se sube al púlpito instalado en Palacio Nacional para
pronunciar un sermón engañoso, ajeno a la verdad y a la bondad. La narrativa es una burla a la
inteligencia del pueblo.