Indicador político
En la tormenta surge una luz
Mi ideal político es el democrático, todo el mundo debe ser respetado como persona y nadie debe ser divinizado: Albert Einstein
Aumenta el estrés y la preocupación entre millones de mexicanos conscientes de la importancia de que en México acabe por perderse el Estado de Derecho, evidente en los actos de autoridad impuestos por la jefa del Poder Ejecutivo y las mayorías legislativas en el Congreso en contra del régimen legal democrático que garantiza el respeto a los derechos humanos de la población.
Crece la desazón cuando la gobernante y los legisladores oficialistas desacatan la ley y se mofan de sus adversarios con prepotencia, como lo hizo el inefable Fernández Noroña en la sesión en que el Senado aprobó la iniciativa de supremacía constitucional del poder reformador del Congreso, inolvidable su sonrisa sarcástica y felicidad exultante al referirse a la oposición como “reventadores vulgares”. El burro hablando de orejas.
Con esa iniciativa, la mayoría morenista se adjudica el poder total para hacer lo que les plazca con la Constitución, sin que ningún recurso, amparo o suspensión pueda detenerlos, dejando en total indefensión al pueblo frente a actos abusivos de poder. Ah, y toda esta regia potestad, con efectos retroactivos.
Por ser un paso al abismo del autoritarismo es que la iniciativa ha concitado el rechazo unánime de organismos multilaterales y Cortes internacionales defensoras de los derechos humanos, así como de las organizaciones de abogados, barras y juristas nacionales.
¿A quién recurrir cuando la autoridad –civil y militar– atemorizada o cómplice, se suma a los ataques de los grupos delincuenciales en lugar de garantizar la seguridad pública, el respeto a la vida y a la propiedad privada?
Las fuerzas policiales en lugar de detener a los criminales que pululan por el norte, el sur; el oriente y el poniente, igual que en el centro del territorio nacional, mejor son desplegados en un operativo para encapsular a manifestantes del Poder Judicial, en la capital del país “para proteger de agresiones a los asistentes a la Carrera de Fórmula 1”.
¿Cuándo el gobierno “del pueblo” perdió la capacidad de dialogar con los ciudadanos inconformes? ¿Cuándo olvidaron que en 2018 llegaron al poder con la bandera de ser una izquierda progresista, inclusiva, gracias al proceso democrático?
Los manifestantes del Poder Judicial son profesionales del Derecho, parte importante del pueblo instruido al servicio del pueblo, a cargo de proteger a los ciudadanos de abusos de poder, y para ello se someten a una preparación constante y su ascenso está sujeto a exámenes y concursos.
Los jueces del Poder Judicial, junto con magistrados, oficiales, actuarios y secretarios, tuvieron que dejar sus despachos y salir a la calle a defender sus derechos laborales. Cómo entender que estos dedicados profesionistas hayan sido denostados con falsedades, humillados y expuestos a la degradación pública por parte de los morenistas en el poder.
Con engañosos argumentos hicieron creer al pueblo que las faltas de algunos, especialmente en ciertos estados de la República, los hacían corruptos a todos, la gente fue engatusada al hacerle creer que los magistrados y jueces son los responsables del 99 por ciento de la impunidad, sin aclarar que el Poder Judicial es ajeno a los ministerios públicos y a las fiscalías, donde se registran mayormente los abusos e injusticias en contra del ciudadano.
El expresidente López Obrador denostó hasta la sinrazón a los ministros y a los magistrados, enojado porque no cumplían sus instrucciones, conforme a sus atribuciones revisaban el apego a derecho de sus propuestas y de no ajustarse las desechaban. Los ministros de la SCJN sí son parte de una élite privilegiada, es cierto, sin embargo la venganza del expresidente en su contra fue porque le impidieron patear la Constitución.
AMLO y ahora la mandataria Sheinbaum, engañan la percepción ciudadana lanzando a diario desde sus mañaneras acusaciones de corrupción generalizada como pretexto para acabar con la autonomía del Poder Judicial. De ahí que los juristas nacionales y extranjeros alerten sobre las intenciones autocráticas y totalitarias de los gobernantes mexicanos. Confunden al pueblo bueno, le exigen a cambio de dádivas del Bienestar perder libertades y derechos.
Los gobernantes morenistas están a tiempo de bajarle a su prepotencia y al engaño, antes de que sigamos inundando al mundo de fotos y noticias vergonzantes sobre cómo perder la democracia montando una farsa populista que traerá mayor miseria y desigualdad. La foto de dos juezas rodeadas por cientos de militares dio la vuelta al mundo, y consiguió que el gobierno morenista sea visto como un gorilato en ciernes.
Es momento de que quepa la prudencia en la presidenta Sheinbaum y los coordinadores parlamentarios de Morena, Ricardo Monreal y Adán López, ellos han manifestado con soberbia juicios y hasta amenazas de no aceptar las renuncias de los ministros de la Suprema Corte, antes de que finalice octubre, “porque se llevarán sus haberes de retiro”. Omiten señalar que aunque no les guste, así se establece en la iniciativa de ley que ellos han aprobado y publicado, ignorando más de un centenar de amparos, suspensiones y otros recursos legales en contra.
Lamentable destino labran a los mexicanos, la mandataria y los coordinadores morenistas en el Congreso al sostener que pese a todas las críticas y posibles nefastas consecuencias: ¡La elección del Poder Judicial va! Cerrados a cualquier solución que evite la destrucción de un Poder Judicial autónomo.
Las consecuencias de ignorar las alertas, la incapacidad para detener la violencia y corregir el rumbo, ya empiezan a verse: la violencia aumenta; crecen las tensiones con nuestro principal socio comercial a través del embajador de Estados Unidos, Ken Salazar.
Caen pronósticos de crecimiento; aumenta la inflación; el Banco de México disminuye la tasa de interés; salen inversiones extranjera; está en riesgo el T-MEC y podría venir un alúd de demandas en contra de nuestro país por incumplimientos jurídicos, esto junto con la carga del endeudamiento externo de AMLO caerán como pesada losa en la frágil espalda de varias generaciones de mexicanos.
Todavía es posible salvar a México de consecuencias nefastas, eso requiere hacer un ejercicio de humildad, tómenle la palabra al ministro Juan Luis Alcántara Carrancá que buscó una solución a la crisis constitucional que vive México, donde el desacato y la inseguridad jurídica son cotidianos.
Esta iniciativa es apoyada por los empleados del Poder Judicial, profesionales calificados, con maestrías y doctorados quienes debieran sumarse a la reconstrucción del andamiaje legal del país. Propone el ministro Alcántara aceptar las reformas morenistas: votar popularmente a ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y a magistrados del Tribunal Electoral; crear el Tribunal de Disciplina Judicial, y que todos los funcionarios judiciales ganen menos que la presidenta de la República.
También se acepta la extinción de los fideicomisos, pero a cambio pide la desaparición de la figura de jueces sin rostro; invalidar la elección popular de jueces federales y locales; así como impedir el despido masivo de jueces y magistrados. El próximo martes la SCJN votará esta propuesta.
Analicemos los hechos objetivamente, sin Poder Judicial Federal autónomo los jueces y magistrados que resulten electos actuarán conforme a los intereses de sus padrinos políticos, de los ministros ni hablar, la mayoría han sido nombrados por ser allegados al presidente en turno, cuenten o no con carrera judicial.
Para muestra un botón: acabamos de ver cómo se las gastan los líderes morenistas: Monreal y Adán Augusto se enfrentaron por decidir 3-2 a los cinco integrantes del Comité de Evaluación del Congreso.
Finalmente acordaron la lista de la quinteta que elegirá a los aspirantes a ser electos como jueces, ministros y magistrados. Y ¡sorpresa! Todos ellos morenistas: Maribel Méndez, Maday Merino, Ana Patricia Briseño, María Gabriela Hernández y Andrés García Repper. Claro, explica Monreal, su identidad fue decidida así por las prisas.
Conviene a todos respirar profundo y buscar solucionar el desorden interno, estamos a días de que el gobierno de Sheinbaum tenga que enfrentar las presiones del próximo presidente de Estados Unidos, gane Kamala Harris o Donald Trump, ambos coinciden en considerar prioridad detener la producción de fentanilo, combatir a las bandas criminales y aumentar las presiones para detener en México las caravanas de migrantes.
—oo0oo—