Indicador político
De pena ajena los papelitos que están
protagonizando los dirigente del PAN, el
inefable Marco Cortés, y el impresentable ex
dueño de Movimiento Ciudadano, Dante
Delgado.
El panista reclama al gobernador de
Coahuila, Manolo Jiménez, un reparto de
posiciones que van desde alcaldías hasta
oficinas como la del registro civil. Ello debido
a un “pacto” que celebraron para apoyar al
entonces candidato del PRI al gobierno de
Coahuila.
Cortés exhibe una carta donde se pacta la
entrega de varios cargos de elección popular.
Pero Manolo le apunta al dirigente
blanquiazul que todo estaba condicionado a
que ese partido obtuviera un porcentaje
que, definitivamente no alcanzaron los
panistas.
Ni en Saltillo, ni en Torreón y menos en la
región carbonífera el PAN logró obtener el
20% de la votación en las pasadas elecciones
para gobernador.
En Movimiento Ciudadano el siniestro de
Samuel García le propinó severo esquinazo al
decadente Dante Delgado y, en una
pachanga amliamente difundida en las redes
sociales, destapó a su compadre Jorge
Álvarez Maynez como el nuevo precandidato
del partido naranja a la presidencia de la
república.
Ese destape realizado en la casa de Samuel
acompañado de su esposa Mariana, recibió
el desconocimiento categórico del
mandatario jalisciense Enrique Alfaro, quién
se lamentó de las formas políticas que
exhiben la presencia de grupos y cacicazgos
que deciden al margen de los órganos
competentes para de la organización naranja
para designar candidatos.
Xóchitl Gálvez, igual que Enrique Alfaro,
demandaron que las dirigencias encabezadas
por Marco Cortés y Dante Delgado, que no
exhiban a sus partidos como meras
empresas generadoras de prebendas, que al
igual que el presunto 20% que de la
liquidación de los trabajadores de Notimex,
según Sanjuana Martínez, irían a parar a la
tesorería de la campaña de Claudia
Sheinbaum, nadie sabe a ciencia cierta
quiénes serían los ganones de esas jugosas
prebendas.