Indicador político
No se sabe a ciencia cierta el juego de Dante Delgado, voluntad determinante en el destino de MC. Lo que sí se perfila es el desastre. Dante requiere del sacrificio de su mejor afiliado para salvar cara, que Luis Donaldo Colosio participe en una contienda en la que está destinado a ser derrotado y más que eso, interrumpir su trayecto a la gubernatura de Nuevo León, vía su reelección como presidente municipal de Monterrey, y ¿por qué no? la candidatura presidencial en 2030. Si Colosio decidiera competir quedaría en tercer lugar y seguramente distante del segundo sitio. Difícil que Colosio acceda. De ser así Samuel García sería candidato o Dante, con un resultado desastroso para el partido y para sus seguidores en Jalisco.
La encuesta con la que Dante argumentó la decisión de irse solo no se sostiene. Se levantó antes del contexto de ahora. La empresa se deslindó de la decisión a la que llegó el dirigente de MC. La eventual candidatura de Xóchitl Gálvez anticipa una competencia de dos y se perfila cerrada, como revela la encuesta de días pasados de Alejandro Moreno publicada por El Financiero. Difícil que Dante pueda convencer a sus correligionarios a partir de un estudio que se contradice con otros de mayor reconocimiento público y prestigio. Son signos de estos tiempos utilizar y abusar de las encuestas para simular decisiones propias.
Incomprensible el juego de Dante. Insistir en la tercera vía ante la evidencia de lo que se le viene es condenar al fracaso el proyecto político que le ha dado vigencia. Jalisco es la clave. Bajo cualquier circunstancia la prioridad es mantener y ampliar el territorio gobernado por MC, con influencia hacia Colima y Nayarit. Enrique Alfaro, Pablo Lemus y Clemente Castañeda coinciden en la necesidad de una amplia coalición opositora. Dante y Samuel no lo ven así. Del gobernador de Nuevo León se entiende, la hostilidad del PAN y del PRI le complican, así como la generosa e interesada empatía que media entre el presidente López Obrador y el joven mandatario norteño.
Ante el escenario que se perfila es difícil justificar la postura de Dante y más cuando invoca una encuesta opinable. Todo hace pensar que hay un acuerdo con el presidente y con los dos principales aspirantes, Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López de irse de manera independiente. En estricto sentido tendría razón si su diseño es ser el partido bisagra para que Morena y sus aliados obtengan mayoría en el Congreso. Los números no lo aseguran si Colosio o Ebrard no son el candidato, pero sí queda clara la derrota en Jalisco y en otros territorios.
El escenario de fractura no debe descartarse. MC de Jalisco posee una génesis propia y distante de Dante, a la vez que ninguno de los tres partidos opositores, PAN, PRI y PRD gozan tienen fuerza en la entidad. El primer logro político de quien resultara candidato del Frente Amplio por México, más claro si fuera Xóchitl, sería el acuerdo con MC de Jaliscopara sumarle a la coalición opositora, con o sin Dante, aunque más deseable con, sin ignorar la dificultad de construir un acuerdo en Nuevo León, con mayor presencia del PRI y PAN que MC. Xóchitl ya expresó su interés en MC, un acierto.
Los tres factores que han dejado fuera de lugar a Dante: el más poderoso, la rebelión de los suyos en Jalisco; le sigue la irrupción de Xóchitl que, de resultar candidata, pierden sentido las reservas de Dante, dirigidas a los partidos, pero no a una candidata distante de ellos, incluso con cercanía a MC; finalmente, la selección del candidato presidencial opositoren un marco de competencia y coordinado por un directorio mayoritariamente ciudadano, invalida el argumento de Dante para repudiar la conformación de una amplia alianza opositora.
Nada está escrito y mucho puede suceder. Por lo pronto, muy difícil que MC presentara un candidato que resultara del desprendimiento de Morena. A Ricardo Monreal no le interesa y Marcelo Ebrard sabe bien que en la Ciudad de México las diferencias políticas se resuelven en la Fiscalía. A Dante no le queda otra que recoger las sobras de otros partidos, no siempre de la mejor calidad o condición, como pudiera ser Jorge Luis Preciado, aspirante frustrado y ahora desafecto del PAN.