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CULIACÁN, Sin., 22 de marzo de 2025.- Para Luz Bertila Hernández Payán ser paramédico no solo es una profesión, sino una vocación de vida.
Su camino en la Cruz Roja comenzó de manera inesperada, cuando un revés en su intento por convertirse en médico la llevó a encontrar su verdadera pasión.
“Siempre quise ser médico”, recuerda Luz Bertila.
“Hice el examen, pero no pasé. Éramos muchísimos y no quedé. Eso me llevó a una depresión muy fuerte.”
Fue su madre quien, al leer un anuncio en un periódico sobre cursos de la Cruz Roja, decidió intervenir.
Sin decirle nada, acudió a la institución y habló con la licenciada encargada, quien le pidió que llevara a su hija.
“Cuando mi mamá me dijo, no estaba convencida, pero fui. Hablé con la licenciada y me explicó que tenían el curso de Técnico en Urgencias Médicas. Me dijo: ‘Si te gusta, es lo mismo que un médico, pero en primeros auxilios’. Me quedé a la primera clase y, desde entonces, aquí estoy.”
Han pasado 32 años desde aquel día. Luz Bertila ha dedicado su vida al servicio como paramédico voluntaria en la Cruz Roja, y actualmente forma parte del Comité de Veteranos de Culiacán. Su entusiasmo sigue intacto.
“Siempre hay que tener una sonrisa, siempre hay que echarle ganas a la vida”, dice con convicción.
En 2004 fue reconocida con la Medalla Caballero de Honor, un galardón entregado a los miembros más sobresalientes de la Cruz Roja.
“Estaba esperando el camión para regresar a casa cuando alguien se me acercó y me dijo: ‘Te hablan’. No entendía por qué. Me llevaron al evento de clausura y llamaron mi nombre. Me sorprendí mucho, no me lo esperaba”, relata.
El reconocimiento se dio en una convención nacional en Hermosillo, Sonora, donde había cerca de 10 mil paramédicos, para Luz Bertila, recibir la medalla fue un privilegio.
“Es un orgullo traerla, aunque casi no la saco. Es algo muy satisfactorio, porque que te reconozca Cruz Roja a nivel nacional es un honor.”
Hoy, con 55 años de edad, sigue con la misma entrega de siempre, cuando le preguntan si se cansa o cuándo planea retirarse, su respuesta es clara.
“El día que Diosito me mande llamar, ese será el día en que deje la Cruz Roja.”
Hasta entonces, Luz Bertila Hernández Payán seguirá haciendo lo que más ama: salvar vidas.