Indicador político
Una vez que los resultados electorales de la jornada del pasado 2 de junio se van decantando en sentencias para los partidos políticos de oposición, sentencias que le representan mermas en lugares en las cámaras de diputados y senadores, así como en sus prerrogativas económicas, los que fueron sus estrategas han entrado en un limbo que solamente les permite dar explicaciones relativas a las virtudes teologales de la ignorancia confesa: Perseverancia (Lo que no te mata te hace más fuerte) a la Resignación (Perdimos pero es una oportunidad para presentarnos con una nueva cara) o de plano Resiliencia (Reinventarse para seguir en la competencia con una condición de actor verdadero de una contienda).
Los consejeros del PRD están para irse a la perseverancia. O sea, a la necedad de tratar de ser lo que ya no son.
Los estrategas del PAN (que fueron muy caros por cierto, calificados como los más onerosos que ha habido en cualquier país del mundo) nunca pensaron que el famoso oculto fuera a ser para Morena y siguen aferrándose a una narrativa llena de justificaciones basada en una encuesta pagada, sin la menor credibilidad, como fue la que les hizo la fantasmal empresa Massive Caller.
La consecuencia ha sido verdaderamente fatal: El PAN jamás había estado en condición de ser una segunda fuerza tan debilitada y poco representativa en las representaciones de elección popular.
Marko Cortés es un polizonte plurinominal que ya es un político muerto.
El PRI nunca tuvo un estratega visible.
Sus dirigentes marcaban pautas a sus militancias, pero nunca lo hicieron en el equipo de Xóchitl Gálvez. Eso le permitió a los panistas asumirse como los estrategas de la candidata a través de personajes tan lamentablemente ineficientes como Max Cortázar y Santiago Creel.
Alito y su pandilla se fue de plano al agandalle de las posiciones plurinominales.
De la campaña de “su” candidata, los priístas ni se dieron cuenta de lo que estaba por venírsele con la arrollada que les puso Morena con Claudia Sheinbaum a la cabeza.
Hasta la fecha esos dirigentes no se ven preocupados por haber sido parte de una alianza muy predictivamente perdedora, una alianza que nunca funcionó como tal, y ahora se preparan para rescatar lo que les queda después del diluvio.
A Movimiento Ciudadano en principio los números le son mucho más favorables de lo que le fueron en el 2021.
Sin embargo, el partido propiedad de Dante Delgado sufre una seria fractura.
En Jalisco Enrique Alfaro se declara completamente en contra del manejo de Dante al aliarse a unos voluntaristas como Samuel García y Jorge Álvarez Máynez.
Y el grupo de Nuevo León, del que únicamente se salva Luis Donaldo Colosio Riojas, ya empieza a tomar distancia de una eventual jugarreta en su contra por parte del ultramañoso Dante Delgado.
Ni Maro Cortés, ni Alejandro Moreno, ni Dante Delgado tienen estatura moral y menos un liderazgo real como para presentarse como líderes de la oposición en México.
Todo queda a la espera de lo que finalmente decida hacer Xóchitl.
¡Para eso querían hacerle la guerra a López Obrador a través de chistes y memes!