Indicador político
La Celestina. Brujas medievales en el Senado
Brujas. Las senadoras Kenia López Rabadán, Xóchitl Gálvez y Lily Téllez, han rebasado los niveles de su actividad lanzando una política destructiva contra el actual sexenio, que puede configurar delitos y agresiones civiles. Más cuando lo hacen auxiliadas de sus propias cataduras de legisladoras. Brujas se les solía llamar a ese extremo de la ficción en el que ciertos personajes medievales, utilizando cuestiones irreales, inconcebibles, ficticias, tramaban un asunto que podía provocar serios daños. El tema de hechiceras, brujas y magos no es trivial. Ha sido sometido a sesudos estudios, algunos en la universidad de Valencia en España y ha interesado a antropólogos, sociólogos y siquiatras. Y no es superfluo, todavía en plena edad del neoliberalismo hay especímenes como los mencionados arriba, de esos gremios que hacen mucho daño. En épocas pasadas en especial del 1500 al 1700, en las que abundaron hechiceras y brujas, buena parte fueron sometidas a la hoguera injustamente. Las características pueden ser diversas, pero hay en la brujería una intención que ya se penaliza porque suele llegar al delito. En siglos pasados se les llamaba a esos delitos, crímenes de conciencia. En México las vemos incluso integradas a sectores de poder, que con infundios, calumnias y mentiras, agreden la vida privada y pública, basándose en aprehensiones de fantasía.
LAS BRUJAS NO ACTÚAN SOLAS; SUELEN ACTUAR EN COMUNIDADES O GREMIOS
Las brujas medievales siguieron existiendo en menor escala en siglos recientes, pero se expresan aún en personajes comunes por su forma de actuar, en la actualidad. A diferencia de la hechicera actúan en grupos, comunidades o gremios. La académica Eva Lara Alberola de la Universidad de Valencia, hizo una investigación muy amplia publicada en libro, (Hechiceras, Brujas y Magos, Wikipedia 2010) en la que menciona multitud de estudios e investigadores que han abordado el tema, aparte de los poetas y escritores que han dedicado sus obras a esa situación. De su estudio se desprende que ha habido confusíón en los conceptos de los personajes, pero desde luego pone énfasis en las brujas que como instigadoras de miles de casos en la edad media, fueron utilizadas por la Inquisición para ajusticiar en la hoguera sus oficios. La quema se extendió a personajes inocentes incluyendo sacerdotes y gente del pueblo que no tenían ninguna culpa. La autora señala la forma como se fueron delineando los conceptos, en la hechicera que trabajaba sola auxiliada por yerbas y ungüentos y las imprecaciones a seres imaginarios que podía ser el diablo. Las brujas diferían porque aparte de incorporar ese trato de hechicera a su actividad, iban más allá. Decían aliarse con el diablo para cometer crímenes y hacer daño previa paga de quienes querían eliminar enemigos. Tenían pues, en muchos casos, una función criminal. Los magos se diferenciaban porque eran personajes que actuaban a partir del conocimiento y la observación y podían ser incluso sacerdotes y reyes.
LA CELESTINA DE FERNANDO DE ROJAS, UN EJEMPLO TRÁGICO DE HECHICERÍA
La investigadora valenciana hace referencia a que buena parte de los estudios sobre el tema de la brujería en España, señalan como ejemplo a Fernando de Rojas, autor de La Celestina, al que otros reconocen como un gran jurista nacido en 1465 y fallecido en 1541. El mismo, egresado de la universidad de Salamanca, solía decir que su obra es una recreación de un trabajo que le fue cedido que no tenía nombre ni autor, pero su obra está considerada un paradigma en el tema y ejemplo del tránsito que se dio entre lo medieval y la época dorada del Renacimiento. El personaje de la obra que interviene en los complejos amores entre Calisto y Melibea, en una conclusión que lleva a la muerte a todos los personajes, no es considerada una autentica bruja, sino una mujer que usa mas bien la hechicería con fines utilitarios de alcahuetería. Esta acción de las alcahuetas se ve en la época moderna porque muchos y muchas que se pliegan a un organismo para golpear al oponente, usan lo alcahuete para acceder o ser ratificados en puestos. En la época moderna también se llama servilismo. Se menciona en el estudio en cuestión, a los clásicos que han utilizado a las brujas como tema fundamental de sus obras, Shakespeare en Macbeth, Goethe en Doctor Faustus y aquellas sus fiestas de walpurgis, así como Nathaniel Hawthorne en Las brujas de Salem. El bisabuelo de este último, fue un juez quemador de brujas. En el caso de Goethe, acompañados las brujas y brujos con enormes masas de pueblerinos que celebraban actos de brujería. El oficio, que fue adoptado en México y ya exhibido en la época de la colonia, ratifica el estado de ignorancia ante lo desconocido de la naturaleza, lo que también ya trascendía desde las épocas griega y romana. Ante la falta de explicación, se inventan los sortilegios y maleficios para bien o para mal. Pero la nuevas brujas alcachuetas saben muy lo que están haciendo.