
Itinerario político
Juventino. El PJF y sus ministros
Dedico esta crónica al destacado jurista Juventino V. Castro y Castro uno de los ministros que tuvo esta Corte, de los pocos que se merece dar a conocer su relumbre. Es difícil juzgar por igual a todos los ministros que ha tenido la Suprema Corte de Justicia de la Nación desde la creación oficial del sistema priísta, porque hay algunos que tuvieron actitudes acordes a lo que es la función de ese organismo. En su momento, la Corte fue denominada por la Constitución como investigadora de delitos violatorios de garantías constitucionales de casos que estuvieran en su poder. En reformas posteriores, dicha facultad solo se centró en el Consejo de la Judicatura Federal, que ahora con el nuevo Poder Judicial tendrá otro nombre. Uno de los famosos casos, además de la faramalla de Genaro García Luna en la que participó Carlos Loret de Mola, es el de Aguas Blancas ocurrido el 28 de junio de 1996, una terrible masacre de 17 campesinos asesinados por la policía federal y estatal, y con 14 de ellos gravemente heridos.
ERNESTO ZEDILLO SE NEGÓ A CASTIGAR POR AGUAS BLANCAS
Dentro de la potestad que tenía entonces la Suprema Corte en su artículo 97 constitucional podía investigar la violación de garantías y debido a eso designó a los ministros Juventino ya mencionado y a Humberto Román Palacios para hacer la investigación respectiva de Aguas Blancas. Y después de la visita al lugar de los hechos El Vado, cercano a Aguas Blancas e investigación de esos hechos con personas cercanas al asunto, el reporte que dieron era rotundo: había culpabilidad del gobernador Rubén Figueroa Figueroa en ese momento con licencia, de su Secretario de Gobernación José Rubén Robles Catalán, del fiscal, el jefe de la policía y de todos los demás en la escala del poder en Guerrero en ese tiempo. La culpabilidad de aquella terrible matanza fue del gobierno de aquel estado. La Corte dio a conocer el informe al gobierno federal entonces en manos de Ernesto Zedillo, con la novedad de que éste se negó a actuar por no considerar vinculatoria la investigación de la Corte.
SE DEJÓ LIBRE DE CULPA A FIGUEROA EN LA MATANZA DE AGUAS BLANCAS
Como consecuencia, de dejó libre al gobierno de Guerrero y a sus secuaces. Zedillo en una franca protección al cacique y esos secuaces. Al respecto, Juventino pidió una urgente reforma a la Constitución para que estas potestades de la Corte tuvieran una finalidad. Zedillo lanzó la responsabilidad de juzgar a los poderes locales pese a que había violaciones de las garantías constitucionales. El gobierno estatal declaró inocente a Figueroa y a sus secuaces y el caso quedó como uno más de las grandes masacres, como es el caso de Acteal que no han tenido una justicia plena. El gran maestro que fue Juventino V. Castro y Castro tuvo claro lo que debería de hacerse en ese caso, con la agresión del gobierno estatal, en el uso de las policías federal y del propio estado, y cometer la masacre de campesinos que iban a una reunión de sus grupos. Castro exigió que la Constitución fuera reformada para dejar claro que se debe hacer realmente cuando las garantías constitucionales son violadas, más en la forma como se hizo en aquel fatídico día. Hasta el fin de sus días, -murió en abril de 2012– el ministro fue un hombre progresista, sumado siempre a las mejores causas. Una de ellas fue la de considerar el amparo como algo que debe evolucionar a favor del pueblo.
HACIA EL AMPARO EVOLUCIONADO LIBRO DE JUVENTINO, PLANTEABA AVANCES
Hacia el Amparo evolucionado (Editorial Porrúa 1971) de Juventino, plantea una nueva función de ese mecanismo, para que la resolución que se dicte, sea general. La propuesta fue calificada por muchos juristas como avanzada, pero no de acuerdo a lo que es al actual juicio de amparo.
El, que fue director del Jurídico de la Lotería Nacional después un ministro de la Corte, siempre manifestó que su idea fundamental sobre el amparo, era simplista: “Poner de manifiesto que el amparo mexicano tiene necesidad -material y jurídica-, de evolucionar en beneficio de la vida normativa , política y social del pueblo, para el cual fue creado con auténtica genialidad, con visión del futuro y con estructuración lógica”. Cosa que por desgracia no estuvimos viendo en el actual PJF, en el que el amparo ha sido un instrumento de la voracidad.