Indicador político
Universidades públicas, hora de jalar orejas
Permitir solo el acceso del 10 por ciento de la demanda, no solo es irrisorio, sino de gran preocupación, cuando se trata de la principal universidad de México, la UNAM, y una de las fundamentales de América y del mundo en general. El porcentaje lleva a muchas reflexiones, porque quizá en el mismo caso se encuentran algunas de las 178 instituciones públicas de gratuidad, en momentos en que por la apertura que se ha dado en el país, hay más deseos de la juventud de prepararse a alto nivel. Con los informes presentados por la propia UNAM acerca de los ingresos aceptados, la preocupación aumenta con ese tipo de ingresos en los que pese a haber alta demanda, no se cubrió ni siquiera la vigésima parte y en otros casos de gran importancia, como el desarrollo comunitario, en el que no fue aceptado ninguno.
DOS SITUACIONES: FALTA DE OFERTA Y PRECARIEDAD EN EXÁMENES
Los datos son terribles, porque en un país donde hacen falta especialistas en salud, es en donde se dio por un lado la más alta demanda, pero también uno de los más más altos números de rechazados. Falla en la oferta y peor en la respuesta de los exámenes. En ese caso se rechazó más de la vigésima parte de los demandantes. Y eso que estaban enlazadas profesiones afines como medicina, psicología, enfermería, biología, farmacia, química y otras. Según medios, de más de 61 mil examinados, solo fueron aceptados poco más de tres mil en todas esas especializaciones. Simplemente el número mínimo de médicos cirujanos aceptados en la facultad pertinente fue de 184 solicitudes, de ¡12 mil 966 solicitantes! Y en momentos en que México precisa más médicos, sobre todo especializados. Y se recurre a Cuba en este caso. Se vio también un retroceso en Filosofía y Letras, dos especialidades que tradicionalmente han sido requeridas, sobre todo por mujeres en el caso de las letras. Los idiomas extranjeros en varios casos, fueron despreciados. El humanismo que no puede alejarse del pueblo en momentos en que se anuncia que la filosofía y otras materias afines se han eliminado en la educación media, se refleja tibiamente en las aceptaciones.
¿FALLA LA CAPACIDAD UNIVERSITARIA O LA DE LOS ALUMNOS?
Si una universidad, que es el ejemplo, recibe más de 143 mil solicitudes y solo acepta poco más de 14 mil, las cosas no andan bien. Se trata de la capacidad de plazas que puede tener una universidad tan grande o los recursos que se invierten para dar cabida al mayor número de estudiantes, se están deslizando por otra parte. La argumentación para ser rechazado puede estar sujeto al número de plazas, lo que quiere decir que no son los estudiantes los que fallan. O al revés, que muchos de los exámenes están mal presentados y hay cupo suficiente en la universidad pero no para recibir alumnos de regular calificación, ¿Qué pasaría por ejemplo, en este caso con las plazas? ¿o en el caso de que los exámenes estuvieran en su mayor parte bien y no hubiera plazas suficientes?, ¿cómo dar entrada a los solicitantes, ¿por sorteo o por qué cosa? La situación implica responder muchas preguntas, una fundamental si el presupuesto está siendo distribuido como deben ser los tres requerimientos de una universidad, enseñanza, investigación y extensión universitaria.