Indicador político
Más de ochenta por ciento a favor. La justicia a las urnas
Si en un sencillo sondeo de 3 mil 855 personas, el resultado fue de más de 80 por ciento a
favor de una reforma judicial, la muestra es importante. Si de la tripartita dos partes son
electas por el pueblo, es lógico que la otra también. Y solo hasta ahí la comparación. Porque
si resulta ilógico que en tres poderes, uno tenga la responsabilidad de gobernar a todo un
pueblo y otro el hacer leyes, discutirlas y aprobarlas y el tercero solamente aplicar un
conocimiento de expertos. Y no hay que olvidar que en un estado hay muchos expertos y
todos son fundamentales algunos porque en esa especialidad los conocimientos significan
vida, lo que es el caso de los expertos en salud. Ahora agregaríamos a todos los expertos
que están enfrentando la sequía en parte porque en ese conocimiento también va la vida, no
solo humana, sino de plantas y animales. En esa calificación, el poder judicial que aporta
solo su conocimiento interpretativo, queda muy rezagado. En otros países no se le considera
un poder, sino un grupo de expertos que interpretan leyes.
LA ELECCIÓN QUE REALICE EL PUEBLO, PUEDE CAMBIAR EL ROSTRO DEL JUDICIAL
El Poder Judicial de la Federación ha llegado a concentrar tanto poder que resulta absurdo
en un país en donde la justicia está muy rezagada. Y ha fallado en los casos más
paradigmáticos como el de los 43 de Ayotzinapa. El anuncio de una reforma judicial para
incorporarlo al sistema selectivo, no solo hizo trastabillar los dineros, sino que saca a flote a
todos aquellos que directamente se han beneficiado con ese sistema de presunta justicia. Si
hay tanto repudio es por algo. Han salido a flote los organismos especializados como La
Academia Mexicana de Ciencias Penales y desde luego el Instituto de Investigaciones
Jurídicas de la UNAM que ofrece un proyecto propio, con adláteres similares en todo el país,
con excepciones. La repulsa viene de los grandes despachos y todos aquellos que se han
beneficiado con las decisiones de los aparatos de la llamada justicia. Ha sido una etapa de
décadas. Lo que sorprende es la advertencia de los partidos perdedores de la pasada
elección el PRI y el PAN, cuyos líderes dijeron que van a votar en contra, sin entender
todavía cual es su verdadera dimensión. Son casos éstos, en los que podrían empezar a
reivindicarse ante el pueblo que los despreció.
EL PROBLEMA JUDICIAL NO ES SOLO EN MÉXICO, SINO EN TODO EL CONTINENTE
Si se se examina el comportamiento del poder judicial en todo el continente, los problemas
son similares a los de México. Ante todo la intromisión política que ha asumido y que lo
vimos en Brasil con el encarcelamiento de Lulla da Silva y en la esfera de los derechos
específicos, como el del aborto en Estados Unidos que una retrógrada Suprema Corte ha
cancelado. Lo más absurdo. El mismo nombrecito de Suprema ya respira el olor de la
decadencia. En la reforma judicial propuesta por el actual gobierno, se ha abierto la oportunidad a todos a que opinen para mejorar el proyecto, pero ha quedado claro que la
elección de los jueces será en las urnas. Los resultados de las encuestas de fin de semana
para sondear en la población de varias edades su opinión sobre la reforma del poder judicial,
se centraron en 81 por ciento en total de aprobación, con datos de las encuestadoras De las
Heras, Enkoll y las de Morena. Lo que confirma que los cambios en ese poder deben darse
por la ruta de las urnas.