Indicador político
Reformas efectivas: judicial y electoral
Los que están expresando su rechazo a que el Poder Judicial sea sometido a reforma, crean esa falsa concepción de que los que dominan una materia, son superiores a los que gobiernan a todo un país y otros que hacen las leyes que aquellos van a interpretar. Y que por lo tanto no deben de ser sometidos a elección. Resulta que para ellos, ministros, magistrados y jueces son superiores a los que hacen las leyes y también del ejecutivo que gobierna y controla todas las actividades de una nación. La iniciativa que los señores juzgadores revisarán fue hecha por ese ejecutivo y los legisladores, previo conocimiento de causa, la aprobaron. La del Judicial es una interpretación por lo general sujeta a posiciones individuales que tanto agreden a la justicia. Los juzgadores deben de ser sometidos a escrutinio del pueblo como sucede con los otros dos poderes.
EN OTROS PAÍSES EL JUDICIAL NO ES PODER, SINO DEPARTAMENTO ESTATAL
Los juzgadores ejercen una actividad de expertos que lo mismo se ve en otros sectores del estado, la luz, el petróleo, la agricultura, las relaciones exteriores, etcétera que precisan de una especialidad para participar en un sector del estado en ese caso el ejecutivo. En otros países los que interpretan el derecho no son un poder, son expertos jurídicos que tienen sus propios espacios de relevancia en secretarías o departamentos. Aquí con enorme gasto que podría servir para ayudar al pueblo, funcionan con una actividad además, contraria a las necesidades de ese pueblo. La propuesta que se hace para lanzar a los juzgadores a las urnas, es escoger personas del más de alto nivel jurídico y seleccionados como expertos en la interpretación. Los señalados para competir pueden ser escogidos por otros expertos y se podrán tener jueces apoyados por el pueblo que espera una justicia real.
LA REFORMA ELECTORAL DEBE TENER CLÁUSULAS DEMOCRÁTICAS
Por otra parte, si se propone una reforma electoral, deben revisarse las leyes que ya existen y aplicarlas, porque están diseñadas para promover la democracia. Nada de eso se dijeron en estos comicios, solo insultos, mentiras, agresiones, un gastazo que le hace tanta falta repetimos, a los mexicanos. Escuchar a diario calumnias, embustes y palabras difamatorias, no dejaron nada provechoso. Es hora de que si va a haber realmente un cambio éste sea concomitante a mejores formas de vida, incluso en el lenguaje. La reforma debe partir de un sistema menos costoso, con una reducción del gasto de los partidos que tanto se ha propuesto. Y fijar la discusión en torno a partidos que no aportan nada al sistema democrático. Lo estamos viendo en el PRD, que al parecer será uno de los que desaparecerá.