Miscelánea, salud y política
Se tambalea la buena fe la opositora
De buena fe dice que actuó la candidata a la presidencia de los partidos PRI, PAN y PRD, al
defender la violación jurídica de enorme gravedad que aplicó al Instituto Nacional Electoral
(INE), al utilizar su nombre y sus logotipos. La mencionada violación permitió que los
anuncios que realizaron ella y su equipo al parecer con Inteligencia Artificial, se publicaran en
multitud de medios agraviando no solo jurídicamente al INE, sino a los principios que se
aplican en esta campaña electoral, que deben basarse en la honestidad. Quien presume de
buena fe para realizar actos utilitarios con los que pretende obtener ventajas, está negando
de entrada el concepto que es uno de los principios fundamentales del derecho. La doctrina
jurídica sostiene que la buena fe, principio que define a un sistema jurídico, que es el caso
del mexicano, no se presume. Es algo que debe estar presente en el actuar de las personas
y los actos que realice sin que tenga que informar que lo hizo de buena fe. Es un principio
tan tajante, cuya existencia real elimina ipso facto toda presencia de mala fe, culpabilidad,
dolo y otras conductas que manchen la presencia de la buena fe.
LA BUENA FE NO PUEDE COEXISTIR CON ACTOS CONTRARIOS DE QUIEN LA USA
La conducta de la candidata que tiene que ser juzgada por el Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación, tiene que basarse en el principio de la buena fe que ella está
mencionando. Y el señalado tribunal deberá profundizar en esa conducta, dado que lo que
estuvo promoviendo de un organismo oficial no solo fue el uso de la personalidad legal de
ese importante ente, sino su propia voluntad porque los anuncios que publicó la candidata
expresan un punto de vista que el INE no expresó. Y que ahora el mismo PAN está
presionando para que el INE los asuma. La candidata le aplicó pues, falsamente un punto de
vista, además de utilizar sus esquemas; esto no puede entrar en la buena fe, porque viola de
fondo derechos fundamentales sobre todo en el momento en el que está en juego el futuro
del país. El INE que solo ha expresado una advertencia y posterior al hecho consumado,
debió de haber fincando una culpabilidad y trasladarla como tal al tribunal electoral para que
juzgara el hecho. Este lo tendrá que hacer por su cuenta.
LA BUENA FE NO COMPAGINA CON DICHOS Y DENUNCIAS NO PROBADAS
La buena fe que se presume, debe de tener el principio de certeza que por si sola se
confirme. La candidata no solo ha realizado el acto mencionado que tiene confirmaciones
jurídicas, si no que a lo largo de su actuación en este proceso, precampaña, intercampaña y
campaña propiamente dicha, ha emitido muchos puntos de vista que no están confirmados
en datos. Frente a la mudez que esos organismos electorales le han impuesto al Presidente
del país, aún cuando se refieran a actos de la actuación presidencial cotidiana, se le ha
dado forma abierta a la candidata opositora para que hable, grite, diga y ofenda, sin que esos
órganos la detengan. La campaña sucia que tiene datos certeros, que provienen de la
oposición, no puede compaginarse con un estado de buena fe, porque se ofende, se miente,
se denigra, todo aquello que la doctrina jurídica prohíbe y que la gran mayoría de los países
en el mundo mantienen en sus principios. Aceptar la mentira de la señora mencionada, de
parte de los órganos electorales, es caer en la misma mentira y destruir de entrada la buena
fe que debe ser el principio que domine este proceso. Ellos tienen la palabra, pero atraś está
el pueblo.