Libros de ayer y hoy
Ebrard, piedra en el camino
Pensar que el señor Marcelo Ebrad había cambiado en las últimas semanas, fue una
ingenuidad de los que le dieron cabida de nueva cuenta. Es cierto que hábilmente al menos
en nombre, el ex canciller no se había ido de la 4T, pero en su postura y convicciones si
estaba claro que había exposición externa. Los sondeos que hizo en las fuerzas opositoras,
que no lo convencieron primero por los pocos aportes del MC (un organismo que no ha
podido sacar del 5 por ciento a su actual candidato, Samuel García ) y segundo, porque en el
FAM han decidido jugársela pese a sus inconsistencias, con la señora de las gelatinas. Esta
última situación es comprensible. En ella ven anclada la intención de poder controlar al país
o lo que caiga, por ellos mismos. Volviendo al señor Ebrard, se desprende por todo lo que se
ha discutido en el mismo Morena, que la entrevista de Claudia con Marcelo, no fue como él
la señala. Ni jamás hubo compromiso de considerar una segunda fuerza, dado que es uno
de los principios más recalcados de ese movimiento, de impedir corrientes en su interior.
Pero además, por la devaluación experimentada por Ebrard en este tiempo, en sus andanzas
de aquí para allá en una desaforada búsqueda del poder presidencial, no estaba en situación
de imponer condiciones y exigir gordos retazos de lo que en realidad es un movimiento.
¿ QUE PIENSAN LOS 40 MENCIONADOS, DEL USO QUE HACE EBRARD DE ELLOS?
Como un niño que presume, sin el mayor respeto a los que se refiere, Ebrard ha hablado de
40 legisladores que tiene controlados. Son desde luego sus seguidores y quizá mucho
significaron en la búsqueda y rechazo que inició “por fuera”, dado que los oferentes, no
llenaban las condiciones para dar de comer a los involucrados. Pero éstos no respingan para
nada, parece que no tienen voz cuando han sido usados como oferta ¿O chantaje?, durante
muchos meses. Y en su caso, a Ebrard se le olvida que las ambiciones son muchas y que
ante la pérdida de un poder que ellos esperaban, buscarán por otro lado lo que precisan. Así
es la política. Se necesitaba algo más fuerte y el único era Morena, de ahí la permanencia
en su interior. Pero en esa soberbia que es lo que más se destaca en sus expresiones,
Ebrard todavía llega en papel de perdedor a hacer exigencias. Las frases que fueron
reproducidas por muchos medios el pasado 14 de noviembre, dejan claro que él fincó un
punto de vista para su futuro, a partir de su propia imaginación. Esta no imitó sino que
reprodujo en su voz, sus propios intereses de algo que nunca ocurrió. Y al respecto AMLO
señaló qie hay “mala fe”, en insistir que Sheinbaum no tiene el mando, pero es quien toma
decisiones propias que atañen al movimiento. Claudia reafirmó esa postura al recalcar los
principios de Morena en los que no hay, ni puede haber, fuerzas divergentes.
EL IMITADOR DE VOCES, NO IMITABA SU PROPIA VOZ
A diferencia de lo que ocurre con aquel personaje que da nombre a uno de los libros de
Thomas Bernhard, la voz del ex funcionario que nos ocupa, si reproduce sus intereses y
deseos. Los mismos que en esencia eran desconocidos por la opinión pública. En casos
concretos respecto a Ebrard, es conveniente tener siempre una grabadora para dejar
constancia clara de lo que se dijo y planteó en un asunto. Bernhard (1931-1989) está
considerado uno de los grandes escritores de Holanda su país natal, aunque murió en
Austria. Todos sus libros, que fueron muchos, estuvieron sometidos a polémica, tanto en lo
político como en lo literario según se señala en su biografía. Algunos de los libros que se
mencionan detrás de la portada de este libro son: Trastorno, Hormigón, Extinción y en teatro,
las obras: El ignorante y el demente, La partida de caza, La fuerza de la costumbre,
etcétera. En otros ocasiones lo hemos abordado por este pequeño libro que ha sido muy
famoso, El imitador de voces (Alfaguara 1999) en el que se concentra en 104 relatos breves,
todo su ingenio y talento. Cada relato culmina con una sorpresa que nunca ha sido augurada
en el desarrollo de la pequeña anécdota. En algunos de los escritos, usa personajes reales.
En el texto que da título al libro, un hombre es tan buen imitador de voces, que lo invitan a
imitar a todo tipo de personajes, lo que hace en forma excelente, con gracia y genio. Pero al
pedirle en medio de los oyentes que imite su propia voz, el imitador respondió que “no sabia
hacerlo”.