Teléfono rojo
Niños de Gaza y aquellos de Morelia
Ha sido tan largo y tan terrible, que no entendemos como el mundo se pudo quedar callado a
lo largo de décadas, mientras miles de niños eran asesinados. Hace nueve años escribí lo
siguiente en una crónica que se tituló Salvar a los niños: ”Definitivamente lo más aterrador
que enfrenta el mundo es el problema de los niños. Nada se puede comparar a los
cadáveres de infantes asesinados en Gaza. Si eso no conmueve a las llamadas sociedades
organizadas, no existe otro valor que pueda oponerse”. Algo parecido debieron escribir miles
de periodistas durante décadas, desde que empezó la destrucción asesina de Israel contra
Palestina. Hasta este momento en la guerra cruenta que ese país ratifica en Palestina, han
muerto centenares de niños, mientras el presidente de Estados Unidos Joe Biden, acude, ya
apestado, a dar su apoyo al cruento gobierno judío. En esa larga y tenebrosa situación que la
ONU inepta no ha podido zanjar, quedó marcada en la historia aquella emotiva defensa que
hicieron los niños palestinos de su país, tirando piedras a los soldados israelíes. Piedras
contra metralletas asesinas, ¿Sería terrorismo el de los infantes de Gaza, signado en esa
lista que tiene el país del norte para imponer sus puntos de vista?
NO HAY DIFERENCIA EN LO QUE PASA EN OTROS PAÍSES, CON LOS NIÑOS
La situación de la niñez no es diferente en otros países, aunque los ataques sean
diferentes, Uno de ellos, la desatención que en México orilló a la creación de más de 60
millones pobres, entre los que, viendo el porcentaje actual, uno de cada tres pueden ser
niños. Vemos esa depredación infantil en la trata inhumana, en el tránsito de niños solos, en
la separación de familias en Estados Unidos que en este momento mantiene separadas más
de mil de ellas, de sus propios retoños, el bullying en las escuelas, la explotación laboral, las
violaciones de niñas en sus hogares, las agresiones de padrastros que culminan a veces en
la muerte.
AQUÍ LA SOLIDARIDAD DE CÁRDENAS PUDO SALVAR A MUCHOS NIÑOS
En un país como México en el que existen 40 millones de niños y adolescentes, casi la
tercera parte de los mexicanos, se dio una de las historias más emotivas en la defensa de los
niños durante la también guerra asesina de Francisco Franco en España. Lázaro Cárdenas
abrió la puerta del país para recibir a 456 niños victimas de esa guerra que habían sido
desalojados o convertidos en huérfanos por esa situación. Hay que recordar que esos niños
en 1937, tuvieron suerte a diferencia de los de Gaza y todavía hace nueve años se reunieron
40 de ellos para recordar también, a su bienhechor. Los Niños de Morelia llegaron en el
vapor francés Mexique, y de inmediato fueron trasladados a MIchoacán. Eso inspiró una
película de Juan Pablo Villaseñor del mismo nombre, en 2005 y una obra de teatro de Víctor
Hugo Rascón Banda editada por la UAM en 2009. Filme y libros que ampliaron la solidaridad
posterior para los niños de Gaza, en una guerra que el primer ministro de Israel considera
justa. El último libro que se escribió sobre aquellos Niños de Morelia ( Solar, Servicios
Editoriales 2013), de Natura Olivé, ya fallecida, que por cierto fue galardonada recientemente
por la Universidad Autónoma del Occidente. Se trata de una obra pequeña de cuatro textos y
117 fotografías que la autora recopiló y atesoró en sus páginas. No debería de haber nunca
guerras, es lo que trasciende del libro, dicho por los niños salvados gracias a la solidaridad.
Algo que se espera que pueda suceder en Gaza.