Teléfono rojo
Los fuegos fatuos y el sueño perdido del PRI
Mientras buena parte de la oposición cedió a sus ínfulas de partido ante un dueño de capitales que tiene cola en otro continente, cada uno de esos partidos quiere sacar fuerza de flaquezas y por su lado levantan la cara soberbios. Sobre el PRI, ¿Que ventajas puede obtener el pueblo de México con sus decisiones ahora que ya no es nada? Esta dividido en dos partes Alejandro Moreno Alito en una y Miguel Ángel Osorio Chong, con otro nombre de organismo, Congruencia por México, en otra, pero son hijos de la misma madre. Los puntos de vista de una raquítica militancia, que disfrutó los resabios del pasado sin una verdadera y profunda autocrítica, podrían mover a risa si no fuera porque los actos de quienes se apoderaron de las decisiones en el país, lastimaron, empobrecieron y redujeron la vida de millones de mexicanos. Todos esos personajes, creados al amparo de una comedia de la política, se inventaron un lenguaje propio con una visión propia de la realidad mexicana. Y ahora, divididos, lo siguen usando. Todo gira en torno de recobrar el antiguo poderío. Situación que se vislumbra y padece desde afuera, por algunos que aún aceptan, toleran, ayudan en su permanencia, pero que permanecen ajenos a ella, sobre todo de los beneficios. Frases hechas, golpes de pecho, rasgaduras de vestiduras y una risa burlona que no debe de haber cesado, trasciende las declaraciones y un, no todos somos corruptos, que reconoce la magnitud de lo que fue la corrupción interna. En efecto, algunos priistas no deben haber sido corruptos. Hay excepciones. Los suyos fueron días de fiesta, iluminados por fuegos fatuos de renovada ansiedad por el saqueo, por el control de las riquezas; del apoyo de un PRI que era el amo y señor y no necesitaba hacer trampas para apoderase del país. El jolgorio se daba en forma permanente.
EL PRIÍSMO DIVIDIDO SE AFERRA A LA SOBERBIA Y AL SUEÑO DE REGRESAR
Sumado a un frente como una parte más, en algo que no es propiamente suyo, la soberbia es lo último que queda del que conserva el nombre del PRI, si recortamos las frases que dice muy seguido el señor Alito. El orgullo es lo que se asienta, cuando uno deja de ser. Nos los imaginamos en la ficción a cada uno, pese a las muchas sedes de sus juntas, en realidad subiendo a la montaña de Brocken, en Harz Alemania como en el poema trágico de Goethe, a realizar la fiesta de walpurgis, el aquelarre antes de septiembre, porque siempre esperan un cambio. Ninguno de ellos está contento con lo que prefiguran los actuales jefes, aunque el de Osorio lo hace aparte, con proyecto propio. Los imagino acompañados de un Mefistófeles disfrazado de mago, guiado por un fuego fatuo al que puede aniquilar si no se comporta, con un movimiento de dedo (Goethe dixit) Y en sus clamores y lealtades, con frases viejas se lanzan a la lucha contra “los populismos autoritarios”. El espejismo, la ilusión, la entelequia, son comentados en los medios por sus antiguos adláteres para descalificarlos, como lo acaba de hacer su antiguo ex candidato presidencial Francisco Labastida, que todavía sueña que su partido pueda ser recatado, como en los viejos tiempos.
GOETHE Y LAS METÁFORAS POÉTICAS DE LOS QUE SUEÑAN CON VOLVER
Es en el capítulo 21 de la segunda parte de Fausto de Johann Wolfgang von Goethe (Editorial Albacete España, 2013, muchas editoriales), donde Fausto se trepa a las disquicisiones políticas y económicas del gran poeta alemán, pero antes sube con el dueño de su alma, el diablo, a la gran montaña alemana de Brocken, el primero de mayo. Van a presenciar la noche de walpurgis, la fiesta de brujos y brujas en la que éstos intrigan sobre su concepción del mundo y deciden quien es quien y quien no y como seguir en el poder. Los dos personajes son guiados por fuegos fatuos que brillan en la noche y se detienen ante un jolgorio donde los brujos cantan, beben, copulan, gritan y se regocijan en nombre del ángel caído, ( Mefistófeles disfrazado de mago). La obra del que es considerado el más grande poeta alemán, para algunos poema, para otros composición teatral, se fraguó en muchos años en dos partes. Se habla de prolegómenos en 1772-75 y de una edición de la primera parte en 1808. Goethe ( 1749-1832), vivió para concluir la segunda parte y editarla en 1832, año de su muerte. La obra tiene muchas aristas, pero esta de la fiesta en la montaña que era parte de las consejas medievales, dicen que jamás existió. Se le busca como causa metafórica, cuando un conjunto de personas y personajes se juntan para planear como seguir apoderados de una parte del mundo. Como pretende hacerlo el PRI.