Indicador político
UE, Vaticano y el rechazo tajante a la neocolonización
Teresa Gil
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Me entero de las posiciones del alto diplomático de la Unión Europea (UE) en la madrugada
del 3 de diciembre, mientras soy víctima de las imposiciones vaticanas, junto con millones de
mexicanos. Ambos sectores, la UE y el clero, buscan seguir con el sometimiento de los
pueblos que en su momento invadieron. La búsqueda del primero es modernizar la
colonización para seguir sacando provecho. Y la del segundo, seguir con su insistencia de
aplicar creencias que obnubilan a los pueblos e imponen conservadurismo, límites,
machismo y posturas de derecha como lo hicieron el pasado 13 de noviembre. Escribo está
crónica sin haber dormido. Los cohetes, el sonido permanente de las campanas y el rumor
de una multitud que camina entre rezos, me mantienen despierta. Es la marcha de los fieles,
adultos mayores en su mayoría, que caminan en la madrugada para iniciar el llamado
novenario de la Virgen de Guadalupe. El caminar se detiene ante una enorme y elegante
instalación eclesial que tiene uno de los patios más grandes que ya lo quisiera cualquier
centro cultural de muchos pueblos. Aquí ni siquiera hay uno. Es la dominación que desde
todos los ámbitos ejerce la iglesia católica, pese a viejas reformas y a artículos
constitucionales vigentes. En todo el país se repite en estos días la misma historia. La fe
impuesta por la colonización sigue presente más de 500 años después y rebasa cualquier
límite de prudencia. Los pueblos, sus vecindades, son sometidos a las decisiones de un clero
que impone su presencia sin señalar límites. Habitantes del pueblo de Contepec Michoacán
en donde estoy, consultados en la calle, me señalan que esa conducta es cotidiana del clero,
la de aplicar sus posiciones. El sonido de las campanas retumba en los oídos y es
permanente de los habitantes de un pueblo en buena parte campesino y proletario. El
descanso del trabajador no se respeta en uno más de los miles de pueblos que carecen de
un elemental centro de cultura para ir a dialogar. La fe que fue impuesta a los ancestros y
ahora a los mexicanos, es el resabio de aquella invasión cruenta, que salvo destacados
humanistas, selló nuestras vidas con una serie de imposiciones.
LA UE QUE SAQUEÓ POR SIGLOS, QUIERE MODERNIZAR MÉTODOS
Los dominadores no se andan por la ramas. El Alto Representante de la Unión para
Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrel ya planteó en la Asamblea
Parlamentaria Europea- Latinoamericana, su franco punto de vista. Aquella colonización que
ejercieron y siguen ejerciendo muchos de los integrantes europeos, entre los cuales se
encuentra el español, se dio en éste, casi por tres siglos de vivir de las riquezas de una tierra
que tenía dueños originarios cuya vida y posesiones no fueron respetadas. La dominación ha
seguido de muchas fornas con empresas y capitales pero es necesario dio a entender el
diplomático, cambiar los esquemas, hacer más viable esa dominación porque América Latina
todavía es rica. Sus venas abiertas aún dan para más. Pero las posturas de Borrel fueron
mas allá y al referirse a la guerra en Ucrania lo hizo en contra de Rusia, con la concepción
europea, sin respetar los puntos de vista de otros latinoamericanos opuestos a los suyos. Las
cosas seguirán iguales porque la próxima presidencia de la UE, la tomará el español Pedro
Sánchez que ni siquiera se ha tibiado para pedir perdón a México y se ha sumado al
silencio del señor Felipe de Borbón. Eso si, sus planes de revitalizar las relaciones
económicas con México como parte de Latinoamérica, están en puerta.
LA TRAGEDIA DE LA INVASIÓN, DE GARCÍA NÚÑEZ Y LA RESPUESTA AMERICANA
El año pasado se editó La Tragedia de la invasión, interesante obra en forma novelada, que
escribió y vigiló edición el poeta nayarita-sonorense Ernesto García Núñez. El autor de
muchas obras como El corrido del rey, Contrastes de una vida extrema, ¿Sexo?, yes plis, ha
incursionado en otras que tienen como base la historia de nuestros ancestros, pero esta tiene
la característica de que se escribe a partir de los puntos de vista de los invadidos, de las
víctimas. Eso lo han destacado algunos analistas, entre ellos Roberto Corella: “la visión del
otro, del que no tuvo oportunidad de decir su versión”. Es importante advierten esos
analistas, porque las historias de la invasión siempre las han contado y escrito los
vencedores, los dominadores, los que colonizaron una tierra que ya era propia. Se destaca
además y llama la atención, no solo el conocimiento del tema de parte del autor, sino el
dominio de los tiempos y situaciones que se vivieron en especial en nuestras tierras, ante la
sorpresa de la llegada de extraños. Tipos que ahora se mueven con otros rostros y ropajes
alrededor nuestro. La obra fue editada en los talleres de la editorial Sonora Queherida, en
Hermosillo, Sonora (2021).