Miscelánea, salud y política
José Luis Camacho Acevedo
El lamentable espectáculo que dieron las autoridades de la Fiscalía de Campeche cateando
una propiedad del dirigente nacional del moribundo PRI es una muestra palmaria del
grado de descomposición al que ha llegado el sistema de partidos políticos nacionales.
Escuchar la patéticas y cantinflescas declaraciones del Fiscal Renato Sales fue una
manifestación de la manera en que se han degradado las instituciones, como en este caso
la Fiscalía de Campeche.
Renato Sales apenas alcanzó a farfullar unas frases tan patéticas con las que trató de
justificar el peliculesco cateo de la propiedad de Alito. Dijo el Fiscal que el motivo del
cateo era revisar de qué tipo de materiales estaba construida la mansión del mencionado
Alito.
Renato Sales se exhibió como un lacayo de la frenética gobernadora Layda Sansores.
Sansores está montada en una escalada de venganza contra Alejandro Moreno Cárdenas.
Y para conseguir su venganza Layda, convertida en una mala copia de la Señorita Laura,
pasa sobre todos los ordenamientos legales habidos y por haber.
El presidente López Obrador descalificó el procedimiento del cateo en la mañanera de
ayer. Todos los ciudadanos mexicanos, aunque sean unos pillos políticos como Moreno
Cárdenas, deben tener a salvo sus derechos constitucionales, sus derechos humanos y la
aplicación del debido proceso.
El todavía dirigente del PRI acudió al expediente de acudir a instancias internacionales
para denunciar la persecución de que es objeto por la gobernadora Sansores y de paso
manifestar que en nuestro país el gobierno de la 4T trata de instaurar una dictadura.
Triste papel el que tendrá Alito en los foros internacionales a los que acuda. Será
considerado un dirigente de un partido en vías de extinción y que tiene encima la
demanda de sus compañeros que en su momento también dirigieron al PRI.
¿Quién tomará en serio de las instituciones internacionales a un dirigente que vive su
momento más crítico y que ya nadie toma en serio?
La gira de Alito será una terrible impronta de la farsa en que están convirtiendo los
partidos políticos nacionales a los procesos electorales de la democracia mexicana.
Por allí anda la cuestión.
EN TIEMPO REAL.
1.- Ayer, el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, anunció que, ante la imposibilidad
de definir una candidatura de consenso para el Gobierno del Estado de México, habrá
encuesta. Nos hacen ver que lo anterior no refleja otra cosa sino el pleito casado que se traen
los tres principales aspirantes a la candidatura que, para más señas, son ramas del mismo
tronco. Dicho de otra forma, Delfina Gómez, titular de la SEP; Horacio Duarte, administrador
de Aduanas, y el senador Higinio Martínez pertenecen al mismo grupo político, fundado en
Texcoco cuando los tres militaban en el PRD.
2.- El siempre bien informado Darío Celis puso el dedo en la llaga en la transición tamaulipeca.
Apuntó el columnista en El Financiero: “CON LA DERROTA electoral que sufrió el
gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca en Tamaulipas, viene de regreso la
ofensiva de la 4T en contra de un grupo político ligado al calderonismo.
Se trata del exsenador del PAN, Salvador Vega Casillas, integrante del grupo de
legisladores que según el inquilino de Palacio Nacional recibieron beneficios por apoyar
la reforma energética de Enrique Peña.
Lo hizo a través de la empresa denominada Estrategob S.C., con la que devengó tan solo
en 2019 más de 26 millones de pesos por supuestamente resolver irregularidades en la
cuenta pública estatal.
Pero también se tienen datos sobre la recepción de otros 17 millones de pesos en sus
cuentas personales desde noviembre de 2018, un par de meses después de que
terminara su periodo como senador.
Incluso los recursos provenientes del gobierno de García Cabeza de Vaca siguieron
fluyendo a la cuenta del ‘Gallo’ 4681000191861344 del BBVA todavía hasta ya bien
entrado el 2021.
3.- Mientras en el territorio oaxaqueño la delincuencia organizada cobra cada día mayor
fuerza con ejecuciones, secuestros y extorsiones, el “fiscal de papel”, Arturo Peimbert
Calvo no se da por enterado, porque no vive en la ciudad de Oaxaca, sino en la capital del
país, y trabaja a distancia o por vía telefónica.
No ve, no oye, ni le importa tampoco.
Hoy está más ocupado en buscar alianzas en el círculo cercano al presidente Andrés
Manuel López Obrador para ver si logra que el gobernador electo de Oaxaca, Salomón
Jara Cruz “le perdona” su “traición” y lo deja terminar su encomienda como fiscal, porque
se avizora un cambio en esa institución.
Para Jara Cruz todos y todas las que apoyaron en su aspiración a la senadora Susana Harp
Iturribarría son “traidores” y Peimbert Calvo está en la mira.
Pero en el tema de seguridad que es lo que nos ocupa en este espacio, vemos que, en los
hechos, Oaxaca está a merced de la delincuencia que ya ni siquiera les importa matar
niños, agarran parejo, semejante a una película de terror.