Feria del libro de Guadalajara
Las elecciones del próximo domingo en Quintana Roo, Oaxaca, Tamaulipas, Durango, Aguascalientes e Hidalgo tendrán mayor impacto al interior de los partidos que respecto a la contienda de 2024. Se estará equivocando quien crea que el triunfo de Morena en 4 o 5 de los Estados será definitorio de la contienda futura. Sí tiene influencia, obvio, pero no es determinante. En todo caso tendrá mucho mayor impacto lo que ocurra el próximo año en Coahuila y en el Estado de México. Si Morena ganara los 6 Estados de este año y perdiera los dos del próximo año sería una derrota mayúscula. Lo primero es difícil que ocurra, lo segundo es posible y hasta probable.
El partido más afectado con la suerte de las elecciones será el PRI. Sus dos dirigentes, Rubén Moreira y Alejandro Moreno han sido responsables de la estrategia política y, en particular, de la relación con el Presidente López Obrador. El sentimiento de traición que tiene por la postura del PRI en la reforma eléctrica se debe a que ambos dejaron correr la idea de que actuarían para votar a favor de la iniciativa presidencial. Por ello el PRI no actuó de manera concertada con el bloque opositor, por esta razón Moreira promovió que se votara en bloque y así garantizar los votos de los diputados a pesar de la resistencia de muchos de ellos. Moreno y Moreira demandaron que la votación en la Cámara ocurriera pasadas las elecciones, con la expectativa de que ganarían en urnas o tribunales la elección en Hidalgo. Fue un error de lamentables consecuencias. Todos pierden.
Alejandro Moreno ha llevado la peor parte. Su situación es más complicada que la de Moreira por la sencilla razón de que él perdió la elección en su estado natal, Campeche. La gobernadora Layda Sansores ha sido quien ha puesto en jaque el dirigente del PRI, no solo por la divulgación ilegal de las llamadas, también, por las denuncias y demandas planteadas al INE y a las autoridades judiciales. Sin embargo, los errores de estrategia y la provocación al Presidente López Obrador provienen de Rubén Moreira, quien buscaría reemplazar a Alejando Moreno a través de la Secretaría General a cargo de su esposa. La cuestión es que en el PRI la caída de Moreno implica también la de Moreira. En todo caso tendría que haber un cambio de fondo, especialmente si el PRI no logra ganar Durango.
El resultado afianzará a Mario Delgado en la dirección nacional de Morena y Marko Cortés sólo requiere prevalecer en Aguascalientes para salvaguardar el mínimo. Aunque el PAN gobierna Durango, la campaña ha ido a cargo del PRI. Un resultado favorable allí significa una bocanada de oxígeno para el PRI y sus dirigentes, insuficiente, pero con efectos positivos, aunque sea el gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme quien más ha contribuido para la victoria de Esteban Villegas, esto por su ascendiente en la región lagunera.
Más allá de los partidos, los más relevante de lo que venga después de la elección será la manera como partidos, autoridades, el INE y el Tribunal actúen a manera de precedente para la contienda de 2024. Lo que más debe preocupar es la ilegalidad y especialmente la interferencia del crimen organizado antes y durante los comicios.