
Atropellamiento masivo en plena celebración por título del Liverpool
Esta semana, el Vaticano ha cambiado su página web oficial. Esta decisión acompaña las primeras modificaciones profundas y visibles del pontificado de León XIV respecto al de su predecesor. Este cambio, a diferencia de los comentarios superficiales que ha propiciado el retorno de la muceta papal y la cruz pectoral, no se trata sólo de modificaciones a la apreciación sino a la resolución de problemáticas concretas de la Santa Sede.
En el ámbito de las organizaciones existe una sensible distinción entre las estrategias orientadas a la comunicación para la percepción o a la comunicación para la acción. Los cambios en la estructura de la “puerta digital” de la Santa Sede en la página oficial del Vaticano responde a la segunda: no se trata de un cambio de representación sino de un signo comunicativo que revela la transformación profunda de una realidad.
La nueva página de la Santa Sede quizá no modifica todo el andamiaje estructural de una de las herramientas de información, búsqueda, contacto y vinculación más consultadas en todo el mundo; pero lo que sí hace es la colocación privilegiada y en proscenio de tres aspectos que parecen, a golpe de vista, sólo un capricho pero cuya selección resuena incluso en los comentarios vertidos durante las congregaciones generales previas al cónclave con el que se eligió al cardenal Robert Prevost como el papa León XIV: reposicionar la investidura papal, el acercamiento popular a las audiencias pontificias semanales y el Óbolo de San Pedro.
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