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CULIACÁN Sin., 6 de Mayo de 2025.- Originaria de Cosalá pero criada en Potrerillos, desde los 5 años de edad supo qué quería ser de grande y, con 63 años de edad y 44 de docente, no se imagina cómo sería su vida si no hubiera sido maestra.
Es la profesora Josefina Campaña, directora de la escuela primaria Enrique Romero, de la Colonia Stase, adonde llegó en 2014. Lo único que lamenta en 44 años de servicio es que ninguno de sus cuatro hijos logró terminar sus estudios profesionales, “aunque son hombres y mujeres de bien -precisa sentada en su sillón de la dirección- creo les faltó ese empujoncito para que terminaran una carrera, porque me faltó darles esos momentos para estar con ellos por dedicarlos a mis otros hijos, mis alumnos”.
Ahora, añade la maestra, su orgullo mayor se lo están dando sus nietos: dos que estudian medicina, uno que está por graduarse como ingeniero industrial, una que ya es contadora “pero la que más me llena es una nieta que es maestra, porque ella es la que ha seguido mis pasos; ahora en el curso de instrucción, se hace una evaluación y te preguntan ¿por qué quisiste ser maestra? Y ella respondió porque de niña veía a su nana prepararse para irse a la escuela y siempre quise ser como ella”.
Son 44 años en la docencia, dice la profe Josefina, tiempo en que ha perdido la cuenta de cuántos alumnos han pasado por su aula y seguramente ha de tener de todo como profesionistas y ríe al señalar que “seguramente alguno se habrá desviado y ha de haber sido político… o quizá hasta diputado”.
Recuerda que su vocación le nació a los 5 años de edad, admirando a los maestros de su comunidad en Potrerillos, donde creció y conoció las primeras letras y, una vez egresada de la Escuela Normal, su primera adscripción fue en la comunidad de La Arrocera, municipio de Culiacán, en 1981, cuando sintió que se consumaba su más grande sueño, ahí confirmó que estar frente a un aula e instruir a un niño en la educación, sería su forma de vida.
La profe Josefina reconoce que no ha sido fácil el trayecto, pero dado que ha disfrutado tanto su labor, que no siente haya tenido grandes problemas porque “hacer lo que te gusta no es trabajo, las dificultades siempre las vas a tener pero también siempre vas a encontrar la manera de solucionarlas y seguir adelante”.
Su faceta de madre la ha vivido intensamente, presume que siente no tener cuatro hijos solamente porque les brinda a sus alumnos el cariño como si también lo fueran,y sufre con ellos cuando se entera enferman y disfruta con ellos el verlos alcanzar una meta; sin embargo, ahora, a 44 años de distancia en el tiempo, considera que dedicarse por completo a la docencia le quitó un poco a sus hijos y se ha reflejado en que ninguno terminó una carrera universitaria aunque viven honorablemente de buenos trabajos.
Con 44 años de servicio, presume que en el momento de jubilarse, aunque tiene la edad y la antigüedad para ello, no está en sus planes porque “no sabría qué hacer, siento que me volvería loca o me moriría” porque simplemente “me haría falta ésto” mientras señala las instalaciones del plantel y a un grupo de infantes que se encuentran en una actividad escolar.
Sin embargo, hace unos años estuvo a punto del retiro obligado debido a un problema de salud, el cual, considera se debió al estrés que vivió en su actual adscripción.
“Cuando llegué a esta escuela (Enrique Romero) vi que los niños comían a la intemperie, bajo un árbol, cerca de los sanitarios, y eso me molestaba; iniciamos gestiones para construir un comedor, era presidente Sergio Torres y tenía en Educación a un señor de apellido Rojas, fue el que nos ayudó, pero nos dijo que había un programa pero no para el comedor, sino para un aula de usos múltiples y ya construida, seguimos con las gestiones y la acondicionamos”.
Una vez logrado el objetivo, presume la maestra, “quizá aflojamos el cuerpo y tuve un problema de salud, fui al médico y me salió un tema en mi sistema inmune, estuve un año fuera, me querían retirar pero, pedi me dejaran participar en lo que pudiera y ya me reincorporé, y aquí sigo”.
La profesora Josefina Campaña presume que la energía y cariño que recibe de los niños es como un bálsamo que le renueva la energía y recuerda a Alejandro, un exalumno que todos los días la buscaba para pedirle un abrazo y le reclamaba el día que por alguna razón se ausentaba.
Por ello, precisa, seguirá haciendo lo único que sabe hacer y que decidió que siempre sería: Maestra de Primaria porque, además de enseñar las letras, es madre de todo alumno que pasa por su aula.