
Teléfono rojo
ZEDILLO Y GÓMEZ, LAS INCONGRUENCIAS (II)
Como ocurre con mucha frecuencia en la política mexicana, el de Pablo Gómez es uno de los casos de mayor incongruencia.
Y es que de ser un líder social contrario la autocracia de partido único impuesta por el viejo PRI; de ser la única voz que en su momento cuestionó la legitimidad de la candidatura de López Obrador al gobierno del DF, de ser el impulsor de la democracia que hizo posible la llegada de Morena al poder, hoy Gómez es el preferido para acabar con medio siglo de luchas democráticas
Es decir, que al dizque líder del 68 mexicano le acomoda, como anillo al dedo, uno de los más conocidos poemas cortos de José Emilio Pacheco.
El poema breve se titula: “Antiguos amigos se reúnen” y dice así: “Ya somos todo aquello contra lo que luchamos a los 20 años”.
En efecto, hoy Gómez encabeza la destrucción formal del entramado político electoral que los mexicanos nos dimos en el último medio siglo.
Sí, de viejo, Gómez hace todo aquello que cuestionó en su juventud.
Pero también es cierto que no toda la responsabilidad del retroceso democrático se debe acreditar al otrora líder estudiantil.
Y es que en la construcción de la democracia mexicana, uno de los mejores presidentes que ha tenido nuestro país, Ernesto Zedillo, también cometió errores que hoy le cuestan muy caros a nuestra democracia.
Resulta que, en su momento –en los escarceos previos a la elección del año 2000–, cuando López Obrador se propuso como candidato a jefe de gobierno del entonces DF, el único que alzó la voz para denunciar la ilegitimidad de AMLO, fue Pablo Gómez.
Sí, Gómez demostró que Obrador no cumplía con el requisito de haber nacido en la capital del país.
Sin embargo, desde la casa presidencial salió la orden para que el Instituto Electoral del DF avalara la candidatura del tabasqueño Obrador.
Y ahí empezó todo. Obrador se convirtió en jefe de gobierno, promovió una ambiciosa reforma electoral que obligaba “a Los Pinos” a sacar las manos de las elecciones y que otorgó amplios espacios a los opositores. Una reforma en la que la participación de Pablo Gómez fue decisiva.
Luego, en la gestión presidencial de Enrique Peña Nieto, se promovió una nueva reforma electoral que facilitó aún más la llegada de Morena y de López Obrador al poder.
En esa nueva reforma también fue clave Pablo Gómez, el mismo que hoy llevará a México y a los mexicanos a los tiempos del partido único, los tiempos de Díaz Ordaz, de Echeverría y de López Portillo.
Pero tampoco es una historia nueva.
En realidad esa historia la conté aquí el 25 de septiembre de 2018, en el itinerario titulado: “Las culpas de Zedillo”. Así lo dije: “Pocos analistas serios pueden negar que Zedillo, fue uno de los mejores presidentes mexicanos.
“¿Por qué?
“Porque no solo rescató al país de la quiebra de Carlos Salinas, sino que concretó la apertura económica e impulsó exitosamente la reforma política.
Sí, Zedillo creó el INE, limpió al Poder Judicial, independizó al Banco de México, sentó las bases sustentables de los fondos de retiro, con las Afores; construyó la “alternancia del poder de terciopelo” y convirtió a México en el campeón del libre comercio en el mundo. Sólo por citar algunos aciertos.
“Y la honestidad intelectual de Zedillo se confirmó hace horas durante la presentación del informe “Regulación: El control responsable de las drogas”, de la Comisión Global sobre Políticas de Drogas de la ONU, en donde el exmandatario mexicano reconoció una grave equivocación en el manejo de las políticas antidrogas, durante su gobierno.
“Dijo que en su presidencia siguió “una política equivocada” al apostar “por la prohibición de las drogas en lugar de su regularización”.
“¿Cuántos presidentes de México y del mundo tienen la honestidad intelectual y las agallas de aceptar sus errores?
“Lo cierto es que muy pocos mandatarios en el mundo reconocen un error en su gestión y menos que resultó devastadora una política de su gobierno, como la lucha contra las drogas en México.
“Sin embargo, la gran pregunta es si Zedillo también reconocerá su parte de culpa en el encumbramiento del populismo en México.
“Y es que Zedillo es responsable directo del nacimiento del fenómeno político conocido como López Obrador, cuya candidatura a la jefatura del entonces Distrito Federal –en el año 2000–, fue posible gracias a una decisión política, ilegal y harto cuestionable, de Zedillo.
“Por eso vale recordar que durante la gestión de Zedillo surgió a la luz pública la figura de Obrador y que “el primer gran empujón político” a favor del tabasqueño estuvo a cargo del presidente, quien metió la mano en el Tribunal Electoral para avalar la candidatura de López a la jefatura de gobierno, a pesar de que era ilegal, según documentó en su momento Pablo Gómez, hoy diputado de Morena, y adorador de AMLO.
“En esos años, Zedillo era el principal impulsor de “la alternancia de terciopelo” en México y había construido instituciones creíbles para esa alternancia, como el IFE, que debían servir para legitimar la caída del PRI, no sólo en la Ciudad de México, sino en la elección presidencial del año 2000.
“Sí, Zedillo es responsable del triunfo ilegal e ilegítimo de AMLO en el año 2000 en el DF, de donde saltó para alcanzar el poder presidencial en julio de 2018. Al tiempo” (Fin de la cita)
Queda claro que muchos de quienes construyeron la democracia mexicana en el último medio siglo, son los mismos que hoy, por orden de Palacio y de Palenque, están listos para sepultar esa democracia.
Al tiempo.