
Poder y dinero
¿Secuestro o ejecución de “madre buscadora”?
La respuesta a la interrogante anterior está clara y a la vista de todos.
No, la muerte de Teresa González Trujillo no fue un intento de secuestro que “se salió de madre”; en realidad tiene todas las características de una “ejecución ejemplar”.
Y es que todo indica que en el México del 2025 y en los gobiernos de Morena, están de vuelta los “mensajes ejemplares” que vivió la sociedad mexicana en tiempos de Luis Echeverría, López Portillo y Miguel de la Madrid, en el siglo pasado.
Mensajes como los asesinatos –también disfrazados de secuestros–, de los empresarios Eugenio Garza Sada, en Monterrey, y Fernando Aranguren, en Guadalajara, en septiembre y octubre de 1973, respectivamente. Además del crimen del periodista, Manuel Buendía, en el entonces Distrito Federal, ocurrido el 30 de mayo de 1984. ordenado por Manuel Bartlett, entonces titular de Gobernación.
Sí, Teresa González Trujillo parece víctima de una ejecución en pleno siglo XXI; atentado que en cualquier democracia del mundo no sólo se habría convertido en un verdadero escándalo, sino que habría provocado la caída de más de uno de los líderes en el poder.
Y es que además de que Teresa González Trujillo vivió el horror de la desaparición de un hermano –lo que la convirtió en “buscadora” –, al final de cuentas fue asesinada luego de un supuesto secuestro.
Y por eso la pregunta obligada: ¿Realmente se trató de un intento de secuestro o asistimos a una ejecución de Estado?
Lo cierto es que distintas organizaciones de madres y padres de desaparecidos aseguran que en el fondo vemos un mensaje ordenado desde el poder, con el fin de amedrentar a las familias que no dejan de buscar a sus seres queridos desaparecidos y de exigir justicia a los tres órdenes de gobierno; federal, estatales y municipales.
Es decir que, además de que la mismísima presidenta ignora a las madres y padres que han perdido a un ser querido a manos de las bandas criminales, los matones parecen dispuestos a realizar “el trabajo sucio” de exterminar a madres y padres que, de manera incansable, siguen buscando a sus desaparecidos.
Y es que ahora resulta que esas madres y padres buscadores no sólo son víctimas de la intolerable alianza del Estado con las bandas criminales y del desprecio oficial, sino que también son blanco de los aliados de los gobiernos de Morena; el crimen organizado.
Pero vamos al paso a paso.
Resulta que el 27 de marzo del 2025, se reportó un ataque armado contra Teresa González Trujillo, quien recibió un disparo en la cabeza cuando forcejeó con supuestos secuestradores fuera de su casa, en el centro de Guadalajara, la capital de Jalisco.
Según los reportes oficiales, González Trujillo repelió un intento de secuestro, lo que provocó disparos de sus presuntos captores mientras que un proyectil alcanzó a la mujer en la cabeza. Fue llevada a un hospital en donde los reportes médicos señalaron que se debatía entre la vida y la muerte. Al final, el 2 de abril del 2025 perdió la vida.
Durante años la señora Trujillo había sido lideresa de los comerciantes del centro de Guadalajara, hasta que el 2 de septiembre del 2024 se enfrentó a la desaparición de uno de sus hermanos.
Algunas versiones periodísticas señalan que los grupos criminales dominantes en la región pretendieron apoderarse del control del comercio en el centro de Guadalajara y que el secuestro de un hermano de Teresa Trujillo fue una advertencia para sacarla del negocio.
Sin embargo, y luego de exigir justicia en todas las instancias oficiales, Teresa González Trujillo se incorporó al colectivo “Luz de Esperanza Desaparecidos Jalisco”, en donde rápidamente destacó por su liderazgo; activismo que le habría costado la vida.
Pero acaso lo más grotesco del tema es que a pesar del dolor, el horror y las amenazas de muerte que reciben a diario, las “madres buscadoras” están solas y sus exigencias parecen no importarle a ninguna autoridad, sea municipal, estatal o federal.
Peor aún, resulta que, durante meses, colectivos de familiares de desaparecidos han buscado a la “señora presidenta” frente a su Palacio, quien de manera sistemática se niega a darles la cara, a pesar de que existen plantones permanentes y que la Organización de Naciones Unidas (ONU) dictó medidas cautelares contra el gobierno mexicano y exigió protección para las madres buscadoras
Sin embargo, a lo más que ha llegado la “señora presidenta”, es promover un encuentro entre algunos colectivos de desaparecidos, con la titular de Gobernación; encuentros que, en los hechos, no sirven para nada.
Y por eso volvemos a preguntar: ¿Hasta dónde tolerará la sociedad mexicana tal impunidad oficial, con los grupos criminales?
Al tiempo.