
Teléfono rojo
¡Con Claudia: circo, maroma y teatro…!
Al mejor estilo de los populismos de la historia, el gobierno de Claudia Sheinbaum se ha convertido en todo un espectáculo en el que predominan el circo, las maromas y el teatro.
El circo montado por el gobierno federal en el rancho del “exterminio y el horror” en Teuchitlán, Jalisco; las maromas de los bufones legisladores del Congreso, para lavar la cara del impresentable Cuauhtémoc Blanco y, sobre todo, el teatro en que convirtieron a Palacio, luego que “la presidenta” se aventó la puntada de inventar una supuesta campaña en contra de su gobierno.
Circo maroma y teatro que confirman que la prioridad del gobierno de “la presidenta” no es la defensa de la democracia, de las libertades y los derechos ciudadanos; tampoco la salud y el bienestar de los mexicanos y menos la estabilidad económica.
No, la prioridad de Claudia es solapar –por todos los medios posibles–, los crímenes de su patrón, López Obrador; salvar “el pellejo” de criminales como Cuauhtémoc Blanco y, sobre todo, ocultar su ineficacia de gestión con el sambenito de una campaña en su contra, supuestamente orquestada y financiada por críticos y opositores.
Sin embargo, la señora presidenta podrá decir misa y justificar el circo, las maromas y el teatro en que se ha convertido su gobierno, pero tarde o temprano tendrá que dejar el cargo –en medio de la mayor crisis de ingobernabilidad de que se tenga memoria–, si no entiende que resulta urgente e impostergable romper la alianza del partido Morena con los cárteles criminales, en los tres órdenes de gobierno; federal, estatales y municipales y con el expresidente López Obrador.
Pero, para empezar por el principio, debemos entender que la ingobernabilidad se define como la incapacidad de las Instituciones del Estado para atender las demandas sociales y para administrar y legitimar al gobierno.
Es decir, que mientras no existe seguridad para los ciudadanos; mientras no se garanticen el fin de la violencia, de los cientos de miles de crímenes y mientras no se acabe con la desaparición de personas, el gobierno de la señora Sheinbaum perderá legitimidad y terminará por ser repudiado.
Y el proceso de deslegitimación ya está en marcha y es visible con el circo montado desde Palacio y por orden presidencial, para desaparecer las evidencias del “rancho del terror” en Teuchitlán, Jalisco.
Resulta que, como aquí lo adelantamos, “en una jugada tramposa” la fiscalía general de la República convocó al “rancho del terror” a los “paleros mediáticos” del régimen, junto con las madres y padres buscadores.
Lo que nadie sabía es que, en los días previos, el gobierno federal destruyó todas las evidencias del exterminio y, cuando llegaron los “paleros mediáticos” de Palacio y las madres buscadoras, no existía nada en el rancho.
Sí, la “presidenta” había ordenado desaparecer a los desaparecidos.
Sin embargo, y a pesar del grosero circo oficial montado en el “rancho del terror”, el pasado sábado 22 de marzo del 2025, la llamada prensa nacional presentó más de 170 notas periodísticas sobre el tema, mientras que dos de los medios extranjeros más influyentes –Financial Times y The New York Times–, llevaron el tema en primera plana.
Todo ello mientras que horas antes, el viernes 21 de marzo del 2025, los senadores de Morena y sus aliados, abandonaron el salón de sesiones para impedir la creación de una comisión internacional que investigara a fondo lo ocurrido en el “rancho del exterminio”.
En pocas palabras, tanto en Palacio, como en el Congreso, la presidenta ordenó destruir todas las pruebas de la existencia del “rancho del terror y el exterminio”. Sí, negar la realidad, para borrar la realidad.
Al circo le siguió el teatro, mediante un montaje también ordenado en Palacio, desde donde salió –de voz de la propia presidenta–, el espantajo de que periodistas y opositores mexicanos habrían financiado una campaña contra la presidenta y su gobierno.
El teatro se derrumbó ante la aplastante realidad de que tanto la prensa mexicana independiente, como los medios internacionales, solo siguieron los hechos y los reportaron de manera puntual –como manda el periodismo profesional–, lo que indignó a la señora Sheinbaum.
Al final de cuentas se derrumbaron tanto el circo, como el teatro montado para negar los horrores que se vivieron en Teuchitlán, mientras que otro escándalo de impunidad llevó al gobierno federal y a sus legisladores a ejecutar maromas impensables para mantener la impunidad de un depredador de nombre Cuauhtémoc Blanco.
Sí, otra vez por orden de Palacio, legisladores del partido oficial, Morena y sus aliados, desecharon el proceso de desafuero contra Cuauhtémoc Blanco, acusado de violencia sexual.
Las maromas indignaron a mujeres legisladoras de Morena y de otros partidos, quienes el fin de semana se organizaban para llevar ante tribunales al exfutbolista, quien no sólo es un depredador sexual, sino un probado “narco-político”, al que sin duda le espera la cárcel.
Al tiempo.