
Teléfono rojo
DE RISA: VOCERO OFICIAL ES UN CARTEL CRIMINAL
Sí, de no ser por la gravedad de lo que significa, resultaría de risa loca que un grupo criminal sea el encargado de difundir un video en defensa del gobierno federal.
Algo así como la confirmación de que también la vocería de Palacio está en manos de los cárteles criminales, aliados de los gobiernos de Morena en los órdenes federal, estatales y municipales.
Es decir, que no sólo existen “narco-alcaldes”, “narco-gobernadores”, “narco-legisladores” y “narco-presidentes” –arropados por el “narco-partido-Morena–, sino que hoy, lo novedoso, son los “narco-voceros” de Palacio.
Y por esa razón también se ratifica que, en cuestión de semanas, veremos en los más altos cargos del Poder Judicial a los “narco-jueces”, “narco-magistrados” y “narco-ministros” en una Judicatura Federal que será rebautizada –en términos generales–, como el “narco-poder-judicial”.
Y es que sin duda que resulta de risa loca el montaje ordenado desde Palacio, para hacerle creer a México y al mundo que el cártel criminal de las cuatro letras –CJNG–, es el vocero del gobierno federal.
Un “narco-vocero” que mediante un video difundido en redes y con idéntica narrativa a la oficial, avala la versión palaciega de que existe una campaña contra el gobierno, a partir del hallazgo del “rancho del horror”.
En realidad un “montaje” más de los creadores del “montaje del Tren Interurbano al AIFA” –tren que no existía y aún no existe–, del “montaje de la visita presidencial a enfermos de Covid-19” –en donde el supuesto enfermo era un escolta de AMLO–, y el “montaje de la “llanta ponchada” del vehículo presidencial, en Sonora, para hacer creer a los fanáticos que Obrador estaba en constante riesgo por sus “peligrosas” giras.
Pero vamos al paso a paso.
Como seguramente recuerdan, todo empezó hace poco más de una semana cuando madres y padres “buscadores” de sus hijos desaparecidos localizaron el “rancho del terror”, en el municipio de Teuchitlán, Jalisco.
De inmediato el hallazgo se convirtió en tendencia en redes sociales, a pesar de que desde Palacio se movieron todos los hilos del poder para intentar anularlo y/o desmentirlo en los medios a sueldo.
A las redes, pronto se sumaron plataformas digitales independientes y, sobre todo, la prensa extranjera, que comparó las montañas de zapatos, ropa y huesos calcinados, con los centros de exterminio de la Alemania Nazi.
Así, en pocas horas, el gobierno federal había perdido el control de la narrativa del “rancho del terror y el exterminio” y entonces desde Palacio se echó a caminar la vieja estrategia de negar la realidad.
De esa manera, medios vendidos, periodistas comprados y miles de bots se encargaron de la tarea de negar lo evidente; que cárteles criminales como el de Jalisco no sólo secuestraban a jóvenes para su adoctrinamiento en las tareas del crimen, sino que todos aquellos que se oponían eran exterminados, al mejor estilo del fascismo Nazi.
Pero lo peor apareció cuando quedó claro que el gobierno de Obrador y todas las instituciones del Estado conocían la existencia del “rancho del exterminio” y que, gracias a la alianza de los gobiernos de Morena con las bandas criminales, todas las instituciones solaparon a los matarifes de Jalisco.
Por eso, la propia presidenta inició una campaña de descrédito contra los críticos y los opositores, a los que acusó de “carroñeros”, mientras que medios vendidos –como La Jornada y otros–, se empeñaron en negar la realidad, al mejor estilo del fascismo italiano y Alemán.
Al final fracasó la estrategia oficial y “los genios” de Palacio recomendaron un montaje dizque a cargo de un comando del Cártel de las cuatro letras. Así, la tarde del pasado lunes empezó a circular en redes el video en donde supuestos matarifes defienden al gobierno de Claudia Sheinbaum.
Así lo dijo el “narco-vocero” casi a gritos: “Un grupo de madres buscadoras respaldadas por no sé quién y con información de dudosa procedencia contradicen en un 100% los indicios encontrados de seis meses anteriores por elementos federales.
“Notifican el hallazgo de un campo de exterminio, reclutamiento forzado donde tenían más de 250 secuestrados… ¿Qué encontraron? ¿Cuánto encontraron? ¡No encontraron nada!”, dice entre gritos el sujeto armado.
Luego, aunque no lo crean, el criminal pide respeto a la ley: “¿Con qué autoridad intervinieron o con qué fundamento ingresaron a un inmueble asegurado… Su deber era comunicar a una autoridad competente y lo que hicieron fue sembrar e idear una película de terror… ¿Qué están escondiendo? ¿Quién las respalda? ¿Por qué intentan perjudicar al Cártel Jalisco Nueva Generación con mentiras e historias inventadas y sin fundamentos?”. (FIN DE LA CITA)
Sí, de risa loca. Y es que ahora resulta que los matarifes defienden la legalidad, se dicen perjudicados con historias inventadas y se convierten en defensores del Ejército y del gobierno federal.
Un grosero montaje que confirma que el verdadero mandón del gobierno federal sigue despachando en Palenque y no en Palacio. Se los dije.
Al tiempo.