Indicador político
¡ENGAÑO, MENTIRA Y FARSA EN EL DEBATE!
Las preguntas recorrieron el país entero la noche del domingo 7 de abril
del 2024.
¿Quién resultó la ganadora del Primer Debate Presidencial?
¿Quién salió con la carga de ser la gran perdedora del debate?
Lo cierto es que no existe unanimidad en la respuesta, sino que, en los
hechos, aparecen tantos escenarios de candidatas ganadoras y/o derrotadas,
como ciudadanos se muestran interesados en la respuesta.
Es decir, que de forma maniquea, las y los y simpatizantes de cada una
de las dos aspirantes presidenciales –porque el señor Máynez no fue más que
un palero de Morena–, sólo vieron aquello que quisieron ver, para justificar su
criterio ganador, sea a favor de Claudia, sea por Xóchitl.
Así, por ejemplo, la fanaticada a sueldo de la señora Sheinbaum –y uno
que otro aspirante a volver “al apapacho oficial” –, descubrió poderes casi
milagrosos en la ex jefa de gobierno de CDMX, sobre todo luego que la
preferida de Palacio se prodigó en mentir, engañar y escapar a un mundo raro.
Sí, de manera inesperada, los “críticos a sueldo” descubrieron que “la
honestidad del engaño, la mentira y la farsa” mostrados por Claudia durante el
debate, fueron dotes casi milagrosos y suficientes para declararla ganadora.
Dicho de otro modo; resulta que, según los aplaudidores del oficialismo,
un debate como el del pasado domingo se gana con la mayor herencia que ha
dejado López Obrador; la mentira, el engaño y la farsa; todas ellas conductas
que llevó al extremo de pureza la señora Sheinbaum y que exhibió sin
vergüenza en Cadena Nacional de radio, televisión y plataformas digitales.
Y según esos aplaudidores no importó el tamaño de las mentiras y el
cinismo con el que fueron defendidas; tampoco valió la ofensa pública a una
sociedad agraviada por crímenes de Estado que se ocultan con datos falsos y
afirmaciones dolosas y menos vale la impostura mostrada por el candidato
“naranja”, quien de forma vergonzosa se sumó a la montaña de falsedades
oficiales para tratar de anular a la candidata Xóchitl.
Sin embargo, también es cierto que muchos ciudadanos sí detectaron el
verdadero trasfondo de la batalla que vimos en el Primer Debate Presidencial;
una batalla de la candidata aliancista contra el Estado todo.
Sí, porque la candidata Xóchitl se enfrentó al presidente, a sus mentiras
y sus fracasos, llevados al debate por su títere Claudia; enfrentó al palero de
Movimiento Ciudadano, a los moderadores que parecían pagados por la
candidata oficial y hasta se enfrentó al INE; una institución no sólo incapaz de
organizar un verdadero debate, sino que, al final de cuentas, confirmó que el 2
de junio estará del lado de la candidata oficial.
Sin embargo, y a pesar de lo desigual de la contienda y de un INE
amañado, plataformas y medios como Reforma, Latinus, La Jornada, SDP y
El Universal, entre muchos otros, no sólo aplaudieron el cinismo mostrado por
la candidata Claudia; sino que festejaron su doctorado en engañar y mentir y,
por tanto, concluyeron que esas poderosas armas y las depuradas habilidades
mostradas por la candidata títere de Palacio, le dieron la victoria.
Y un ejemplo demoledor de la parcialidad y la simulación estuvo a los
ojos de todos y, claro, fue callado por todas y todos los opinadores.
Y es que, a lo largo de todo el debate, la señora Claudia nunca se refirió
a la señora Xóchitl por su nombre, sino que machacó hasta el extremo con el
apodo misógino de “la candidata del PRIAN”. ¿Quién dijo algo al respecto?
En dirección contraria, resulta que “los genios” de “lo políticamente
correcto” no vieron en la candidata Xóchitl “las habilidades” y “el carisma”
para desmontar el cinismo, la mentira, el engaño y la farsa de la candidata
oficial y, por tanto, la declararon perdedora.
Sí, según esos “genios” –muchos que se dijeron engañados por AMLO
hasta la mitad de su gobierno–, la señora Xóchitl perdió, porque fue incapaz
de convencer de las mentiras, las raterías y la impostura del gobierno de
Obrador y de su candidata Claudia; transas que todo México conoce.
Es decir, parece que a nadie le importa que todo México haya padecido
los fracasos del gobierno de López; la inseguridad, la violencia, secuestros,
robos, feminicidios; la destrucción del sistema de salud, el empoderamiento de
las mafias criminales, la mortandad por violencia y por falta de medicamentos
y la ruina a la que han sido empujados millones de mexicanos.
Parece que a nadie le importa que desde el momento del debate y en el
llamado “pos-debate”, medios serios y ONGs reputadas se dieron a la tarea de
demostrar las mentiras y el cinismo de Claudia, al extremo de que no pocos
hoy declaran ganadora a Xóchitl en “el día después”.
Lo cierto es que aquí no sabemos cuantos ciudadanos modificaron su
opinión sobre el sentido del voto del 2 de junio próximo, luego del debate.
Lo que si sabemos es que, como nunca, en Cadena Nacional de radio,
televisión y plataformas digitales, todo México se enteró de las mentiras,
engaños, falsedades, cinismo y del autoritarismo de Claudia Sheinbaum.
Por eso la advertencia. Si luego de la exhibición “de película” que nos
regaló Claudia, los ciudadanos aún no entienden lo que viene si votan por
Morena, que con su pan se lo coman.
Al tiempo.