Libros de ayer y hoy
¡LA CDMX ES LA PRIMERA FICHA QUE PIERDE AMLO!
El “primer debate chilango” sólo confirmó lo que todos los partidos y
los políticos saben que ocurrirá el próximo 2 de junio, en la capital del país,
durante la elección presidencial.
¿Y qué es eso que todos saben?
Que la Ciudad de México es la primera ficha perdida para el oficialismo
y, en especial, la primera derrota electoral de López Obrador y el principio de
la debacle para sus preferidas, Claudia Sheinbaum y Clara Brugada.
¿Y por qué hoy la CDMX es la primera derrota para AMLO, y un
escandaloso revés para Claudia y para Clara?
Las razones son muchas y vienen de lejos pero, sobre todo, porque
desde el año 2000 la capital mexicana había sido la mayor reserva de votos
para los candidatos del PRD y de Morena a la contienda presidencial.
Y es que la capital del país es asiento de lo más politizado e informado
del país; porque se trata de la mayor concentración de la llamada clase media,
un sector social que hace casi tres décadas fue capaz de sacudirse al viejo PRI
–para permitir la llegada de la dizque izquierda partidista–, pero que de nueva
cuenta vive el hartazgo de los malos gobiernos de lo más rancio de aquel PRI
demagogo, autoritario, depredador y convenenciero, convertido en Morena.
Es decir que, mientras en los años 2000, 2006, 2012 y 2018 el voto del
antiguo DF mantuvo vigente al eterno candidato presidencial AMLO, hoy es
mayor que nunca el rechazo a los malos gobiernos de la mal llamada izquierda
–convertida en Morena–, al extremo de que en 2021 la caída de votos para el
oficialismo fue de escándalo.
Pero, además, porque los habitantes de la CDMX no están dispuestos a
seguir siendo “conejillos de indias” para las aspiraciones presidenciales de uno
de los grupos mafiosos más corruptos, más ladrones y menos eficientes de la
historia, como la llamada 4T.
Y es que los habitantes del antiguo DF fueron los primeros grupos
sociales mexicanos que entendieron el valor y la urgencia de la alternancia del
poder, en las urnas, durante la transición democrática diseñada y operada por
Ernesto Zedillo, en el ultimo quinquenio del siglo pasado.
Sí, luego de décadas de gobiernos autoritarios que imponían “regentes”,
en 1997 los “chilangos” eligieron al primer jefe de gobierno de la capital del
país –de la mal llamada izquierda–, encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas.
De esa manera, luego del jefe de gobierno llamado Cárdenas, llegaron
López Obrador y Rosario Robles; además de Marcelo Ebrard, Miguel
Mancera y, por último, Claudia Sheinbaum.
Es decir, los capitalinos de final del siglo pasado y principios del actual,
padecieron a gobiernos y gobernantes surgidos del PRD y de Morena, que se
proclamaron como de izquierda, cuando en realidad no eran más que una fea
copia de los más corrupto, transa e ineficiente que haya conocido el viejo PRI.
Sin embargo, a lo largo del gobierno de Sheinbaum, en el antiguo DF
–gestión paralela al mandato de AMLO–, los capitalinos vivieron una de las
peores experiencias en décadas; aparecieron los más feos rostros de violencia,
inseguridad, feminicidio y secuestro; además de las caras del desempleo y el
abandono de los servicios públicos básicos –como transporte, hospitales y
agua–, hasta llegar al saqueo y la depredación propia de la ingobernabilidad.
Por eso, las primeras señales del fracaso de Claudia, en la Ciudad de
México y del gobierno de López, a nivel federal, las vimos en las elecciones
intermedias de 2021, en donde una tímida alianza opositora se convirtió en el
principal vehículo para arrebatarle la mayoría a Morena en la CDMX.
Meses después, ya frente a una alianza opositora fortalecida –en donde
PRI, PAN y PRD llevaron a Xóchitl Gálvez como candidata presidencial–, el
oficialismo impuso e impulsó la peor carta posible; a la ex alcaldesa de
Iztapalapa, Clara Brugada, frente a Santiago Taboada, ex alcalde de Benito
Juárez y también postulado por la alianza tripartidista.
Es decir, se enfrentarán en las urnas capitalinas la alcaldesa peor
calificada –que llevó a Iztapalapa a la peor insegura y violencia–, frente al ex
alcalde mejor calificado, que hizo de Benito Juárez envidia en el país entero.
Y por eso, no sorprendió a nadie que mientras que en “el primer debate
chilango”, Taboada ofrecía pruebas contundentes de corrupción, violencia y el
enriquecimiento ilícito de la morenista, la señora Brugada, utilizó el método
clásico de Palacio; mentir, engañar, difamar y calumniar.
Y luego del debate apareció la pregunta obligada: ¿Quién ganó y quién
perdió el primer debate chilango? Todas las encuestas reales y serias dieron
una derrota aplastante para la candidata de Morena y una victoria contundente
para el candidato del PRI, PAN y PRD.
Sí, pero la CDMX no es el país entero y sólo asistimos al principio de la
historia.
Al tiempo.