Libros de ayer y hoy
¡Ladrones y criminales; intocables de obrador!
Durante los casi 20 años de campaña presidencial de López Obrador una de sus más poderosas banderas fue la crítica a “los gobiernos corruptos” del PRI y del PAN..
Y resultó de tal potencia el estandarte contra la corrupción que, incluso, Obrador acuñó un llamativo eslogan que le ganó millones de simpatizantes por todo el país.
Y es que el de la política corrupta –y sus gobiernos depredadores–, es uno de los flagelos de todas las democracias, no sólo en México, sino en el mundo entero.
Por eso, en todo México se conoció el grito de guerra de la llamada “honestidad valiente”, estribillo al que –ya en el poder–, el mandatario le añadió el no menos atractivo: “no robar, no mentir y no traicionar”.
Sin embargo, y más allá de las buenas intenciones y los engañosos discursos, la realidad aplastó al mensaje de honestidad y valentía, al extremo de que hoy México y el mundo saben que la gestión de López es una de las más corruptas y de mayor impunidad en la historia.
Sí, le guste o no a los fanáticos de la llamada “Cuarta Trasformación”; el de AMLO es un gobierno “de intocables” en donde la corrupción, la extorsión, el chantaje y la ratería están en todos los gobiernos de Morena; sea el gobierno federal, pasando por los estatales y sin duda los municipales.
Además, claro, de los corruptos legisladores de Morena, tanto federales como estatales.
Pero si aún existen dudas, “la joya de la corona” de la corrupción y la impunidad la vimos en los últimos días, cuando de manera oficial resultó exoneración Pío López, hermano del presidente mexicano, quien luego de un escandaloso circo mediático fue declarado inocente, a pesar de los videos en los que recibe dinero sucio en sobres amarillos.
Pero ese es sólo un “botón de muestra” ya que ninguno de los parientes del presidente ha sido llevado ante la justicia, a pesar de las numerosas evidencias, videos, testimonios y documentos que confirman todo tipo de raterías, extorsiones, robos y depredación no sólo del dinero público sino de dinero procedente del crimen organizado y el narcotráfico.
Y es de tal magnitud la impunidad que impera en el gobierno de AMLO que todos los militantes de Morena y los integrantes de sus centros de poder pueden extorsionar, saquear, robar y hacer negocios sucios y, no pasa nada.
Nadie, ninguno de los integrantes de la claque y la prole de AMLO, es investigado por los presuntos delitos exhibidos de manera pública y, por tanto, nadie resulta sancionado.
Y es que en la gestión de AMLO se vive lo más parecido al Chicago del mítico Eliot Ness, en donde las bandas criminales eran el verdadero poder fáctico de la época y, por tanto, gozaban de total impunidad oficial.
Hoy, en el México de López Obrador la impunidad está a la vista de todos; sea en videos públicos y en documentos oficiales y aún así “son intocables” no solo los integrantes de la familia presidencial, de su partido, de sus gobiernos y sus legisladores, sino que la impunidad alcanza a sus aliados del crimen organizado.
Y si existe alguna duda, vale recordar casos extremos como los de Delfina Gómez –una delincuente electoral confesa–; Claudia Sheinbaum y Rocío Nahle, recaudadoras confesas de dinero sucio y, sobre todo, la ilegal liberación de Ovidio Guzmán, el jefe real del Cártel de Sinaloa.
Pero acaso el escándalo mayor son los documentos oficiales jaqueados del centro de información de la Sedena, en donde se confirman alianzas del Partido Morena con el crimen organizado.
Por ejemplo, tales documentos oficiales revelan que Adán Augusto, secretario de Gobernación, mantiene vínculos con las bandas criminales de robo de combustible; confirman que en el 2021 Morena entregó a los carteles criminales gobiernos estatales como los de Sinaloa, Sonora, Baja California, Baja California Sur, San Luis Potosí, Michoacán y Zacatecas, entre otros.
Y a pesar de la montaña de evidencias y de los documentos oficiales, es total la impunidad para “los intocables” del gobierno de AMLO; impunidad que confirma el signo de la casa.
Sí, el de AMLO es un gobierno de intocables.
¿Hasta cuando?
Al tiempo.