Indicador político
Atento como siempre al noticiero de mi amigo Joaquín
López Dóriga, su recuento de este agónico 2023 y la
memoria se refresco y, sin duda, este año fue
definitivamente anticlimático en lo político y en lo social
para los mexicanos.
Creció la inseguridad pública, la pobreza siguió siendo uno
de los grandes rezagos sociales de México, igual la salud y el
tufo de la corrupción volvió a despedir su olor tan
desagradable como nocivo.
La economía tuvo un crecimiento magro.
Sin embargo, una ocasión en la que visité al entonces
senador Fernando Gutiérrez Barrios, el sabio político
mexicano me dijo al escuchar mi queja de lo mal que había
sido el año que terminaba y, lo peor que se pondría el que
vendría, unas palabras que guardo permanentemente en mi
estado de ánimo.
Me dijo Don Fernando:
“Quienes aseguran que la política es un estado de ánimo,
proyectan un espíritu limitado, Poque, la verdad, es la vida
la que es un estado de ánimo. Y terminó con abrazo
navideño y un “nos veremos aquí el próximo año para
planear qué vamos a hacer”