Indicador político
Ahora más que siempre es evidente el absurdo legal de las intercampañas, una pausa sin sentido. En virtud de la propia naturaleza del proceso y la competencia por el poder, la selección de candidatos por las fuerzas políticas debe dar lugar de inmediato al inicio de campañas. A alguien se le ocurrió que había que dejar un periodo para desahogar impugnaciones y algo más. El primer resultado del balance de las intercampañas es precisamente el disparate legal de que exista tal pausa. Cuando la norma no corresponde a la naturaleza de las cosas es inevitable que prevalezca el fraude a la ley. El presidente López Obrador, autoridad para incumplir la ley ha sido el factor de mayor peso para que la elección transite de manera ostensible al margen de lo legalmente previsto. Él convocó en junio pasado, hace nueve meses, a gobernadores y a los principales contendientes para darles a conocer tiempos y reglas de la precampaña. Nada lo contiene; ni el INE ni un mínimo de pudor político. Se desconocen los tiempos, la imparcialidad a que toda autoridad está obligada y, desde luego, no utilizar los recursos públicos para cargar los dados. Mención obligada es el proyecto de sentencia de la magistrada electoral Janine Otálora que mandataba interrumpir el proselitismo anticipado y el fraude a la ley, proyecto votado en contra. La etapa de precampaña favoreció con claridad a la candidata Claudia Sheinbaum. A pesar de la impugnación de Marcelo Ebrard prevaleció la unidad. Aunque su proyecto en la Ciudad de México con Omar García Harfuch no prosperó, la decisión a favor de Clara Brugada pudo procesarse sin mayores dificultades. Sólo en Morelos hubo fractura. El presidente pudo emprender su proselitismo a favor del oficialismo sin encarar al INE. Por su parte, Xóchitl Gálvez ingresó a un inexplicable impasse que frenó su ascenso; de una postura combativa y frontal pasó a otra defensiva y de referencia autobiográfica. Su mensaje final de precampaña fue un punto de quiebre en la malograda estrategia, pero tardío. No está por demás señalar que la ventaja que Sheinbaum proyecta favorece el oportunismo de los factores de poder e influencia, percepción propiciada por las encuestas de intención de voto. En el periodo de intercampañas ha ocurrido lo contrario, Xóchitl obtiene la mejor parte, además del severo cuestionamiento en dos de los temas de mayor impacto en el votante: corrupción y violencia asociada al crimen organizado relacionadas con el presidente López Obrador, eje de la campaña del oficialismo. Adicionalmente, la denuncia de la ex directora de Notimex sobre el financiamiento ilegal a la campaña presidencial de Sheinbaum. Ahora, por razones diferentes, se sabe que las encuestas que anticipan día de campo a Morena no tienen credibilidad. Al presidente no le funcionó tan bien utilizar la agenda legislativa para intervenir en el proceso electoral. En este sentido, la oposición se adelantó en anunciar su apoyo a todo lo que beneficiara a la población, desactivando la parte relacionada con salarios y pensiones. Además, buena parte de las iniciativas fueron recibidas de manera negativa no sólo por su contenido, sino por imponerle agenda a su candidata y obligarla a una postura de sumisión que le resta credibilidad y liderazgo ante propios y extraños. La afectada primera por el protagonismo presidencial fue Claudia Sheinbaum. Xóchitl acertó en presentar su contramañanera. Además, sus giras en EU, España y Vaticano tuvieron una buena recepción en los medios de comunicación y le dio un aire de presidenciable. Por su parte, Claudia Sheinbaum careció de suerte parecida. El saludo al Papa perdió fuerza al ser percibido, aunque no fuera el caso, como una reacción al encuentro de Xóchitl Gálvez con el sumo pontífice. La irrupción de MC y su candidato Jorge Álvarez Máynez ha sido un fracaso mayor cuya responsabilidad recae en Dante Delgado. Ha fichado algunas buenas opciones y a pesar de Dante tiene buenas perspectivas en Jalisco; sin embargo, lo acontecido anticipa un mal resultado. La digna postura de Patricia Mercado es condena. Capítulo especial es la marcha ciudadana del 18F. No fue un evento de campaña, pero la abrumadora mayoría de los participantes son afines a la oposición. El éxito de la concurrencia, el mensaje y su cobertura regresan a la oposición a la contienda. Al cierre de las intercampañas se va conformando la tesis de que la elección será más competida y cerrada que como se anticipó al cierre de año.