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Caso Cienfuegos: Trump creó incidente para subir votos
Ahora que en Estados Unidos se revivió lo que pudiera considerarse como el espíritu del caso Cienfuegos –el arresto en octubre 2020 del entonces exsecretario de la Defensa Nacional de México–, la revisión de un expediente de sucesos y hechos lleva a la conclusión que se trató de una decisión directa del presidente de Estados Unidos para buscar un repunte en las encuestas que le daban la derrota el martes 3 de noviembre.En este suceso la Casa Blanca tuvo que replantear sus relaciones con México sobre todo desde el punto de vista de la dependencia fronteriza y la subordinación mexicana en todos los rubros de las relaciones. Pero ahí quedó claro el único vínculo que interesa con México a la Comunidad de Seguridad Nacional de Estados Unidos es el vínculo militar.Desde la redefinición de las relaciones de Estados Unidos con América Latina a partir sobre todo de la Revolución Cubana, la comunidad militar estadounidense se dedicó a mantener una relación profesional y equidistante con los militares mexicanos, sin exigir nada más ni conceder agregados.Trump ganó la candidatura presidencial de 2016 como un discurso agresivamente antimigrante mexicano y hurgó en la herida de relaciones bilaterales sociales nunca consolidadas con su propuesta de un muro que iba a plantear el excepcionalismo Estados Unidos frente a su vecino del sur.Ante el ánimo reactivado de los sectores racistas y antimigrantes del electorado estadounidense, Trump construyó decisiones que culpaban a México de la migración –lo cual era cierto–, pero endureció sus propuestas con deportaciones sin ton ni son.Hacia octubre de 2020, casi tres semanas antes de las elecciones, Trump estaba abajo en las encuestas y no encontraba ningún discurso que sacudiera a sus seguidores para recuperar la pequeña ventaja que lo volviera a colocar por encima del candidato demócrata Joseph Biden. Con el discurso antimigrante contra la oposición demócrata sin interés social, Trump había aplastado a la candidata Hillary Clinton en 2016 y deseaba hacer lo mismo con Biden.De acuerdo con una revisión del archivo periodístico del llamado caso Cienfuegos, resulta que la agresiva reacción del presidente López Obrador por el arresto del jefe del Ejército en el periodo presidencial 2012-2018 y con a cargo de asesor en funciones de la Secretaría de la Defensa Nacional de su propio gabinete, se desinfló, los principales funcionarios estadounidenses se deslindaron y Trump se vio obligado a dar la orden para liberar al funcionario mexicano.Ante su primera presidencia y en los meses iniciales de su segunda, Trump se obsesionó –y tenía razones para estarlo– con el tráfico de drogas de México hacia Estados Unidos para satisfacer la demanda de sus adictos locales. Autorizó este año de 2025 toda una negociación directa con el mini-me del Cártel de Sinaloa, Ovidio Guzmán López, y avaló la operación de secuestro ilegal de Ismael el Mayo Zambada, compadre del Chapo Guzmán y en ese momento, hace un año, coordinador en funciones del cártel.Y aunque Trump ha recibido algunas versiones de que sigue siendo imposible realizar ataques unilaterales de fuerzas de seguridad de Estados Unidos en territorio mexicano contra cárteles mexicanos porque implicaría en los hechos una declaración de guerra, de todos modos Trump sigue insistiendo en buscar caminos para obligar a México a realizar operativos directos contra territorios, estructuras, laboratorios, zonas habitacionales y personalidades del Cártel de Sinaloa, pero ha puesto una condición: que Estados Unidos organice los operativos y fuerzas de seguridad estadounidenses de corte militar encabecen las incursiones por la desconfianza persistente de Washington en el sentido de que los cárteles del narcotráfico son protegidos por estructuras políticas y de gobierno, como el propio Trump se ha encargado de –y no hay otra palabra– restregárselo a México a la menor provocación discursiva.Pero toda la estrategia –por llamar de algún modo– de Trump contra México para obligarlo a esa decisión operativa se ha topado con un muro infranqueable: el Ejército mexicano, cuya configuración histórica de origen –lo dijo con claridad Manuel Camacho en su polémica con Pablo González Casanova en 1984– es un “Ejército antigolpe” y de estructura nacionalista y el Ejército Mexicano nunca permitiría fuerzas armadas extranjeras en operaciones dentro del territorio de la nacional.La derrota de Trump en octubre de 2020 en el caso Cienfuegos fue una línea roja planteada por el Ejército mexicano a la soberbia expansionista de los marines y fuerzas especiales estadounidenses.