Indicador político
Rosa Icela en dos áreas clave: Seguridad y Gobernación
La tradición en el juego político el viejo régimen priista todavía vigente aconsejaba que los nombres de los titulares del siguiente gabinete presidencial se guardaran hasta antes de las cero horas del día de la toma de posesión, con el sólo propósito de evitar que los designados pudieran caer en las tensiones del poder. La presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo ha estado adelantando los nombres de las principales titulares de las carteras ministeriales, y los seleccionados han entrado en la dinámica de agudización de conflictos mediáticos en el gobierno que termina y las agendas urgentes de la administración federal que llegará en menos de dos meses. Rosa Icela Rodríguez fue designada secretaria de Gobernación del gabinete de la próxima presidenta de México, un nombramiento que fue bien recibido al inicio pero ahora con motivo de la detención en los Estados Unidos del capo Ismael El Mayo Zambada y de otro hijo del Joaquín El Chapo Guzmán ha sido blanco de una fuerte campaña de presiones en redes sociales. La funcionaria ha quedado en medio de dos posiciones clave en el gabinete saliente y en el gabinete entrante: la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de López Obrador y Secretaría de Gobernación en el gobierno de Sheinbaum Pardo.
Funciones específicas de ambas dependencias tienen que ver con los casos de los cárteles que se mueven en los expedientes judiciales, pero que afectan también repercusiones en el área de la conducción política nacional por las preocupaciones del gobierno de Estados Unidos, también en proceso de relevo presidencial. En su desempeño en la Secretaría federal de Seguridad y Protección Ciudadana, Rodríguez ha construido una muy buena relación con todos los gobernadores, incluyendo a los de oposición, lo que le da elementos importantes para conducir la agenda de gobernabilidad en su próximo encargo. Asimismo, ha logrado ofrecer una imagen de credibilidad ante la sociedad, algo bastante complejo por la conducción personal de los temas de seguridad en la agenda mañanera del presidente López Obrador. Es conocida la disposición de Rodríguez al diálogo, lo que también permite considerar que habrá una buena relación con la oposición en la Cámara de Senadores y en la Cámara de Diputados, algo que no pudo consolidarse en. el sexenio del presidente López Obrador. Por su perfil como funcionaria desde el gobierno capitalino y el manejo de sus agendas administrativas, no se percibe a Rodríguez en el arranque del próximo gobierno federal con ambiciones presidenciales, lo que le permitirá construir con mayor solidez una agenda que le ayude a la presidenta Sheinbaum.
En su carrera en la administración pública, Rodríguez ha puesto en juego su experiencia como comunicadora, muy destacada reportera en La Jornada, una experiencia que nadie en el actual gabinete presidencial tiene, ni siquiera López Obrador. Por ello ha logrado destacar sus informes de seguridad con el conocimiento de su efecto en la opinión pública. El tema del llamado caso Mayo Zambada es esencial en la agenda del presidente López Obrador, sobre todo por sus repercusiones en Estados Unidos y por las suspicacias locales respecto de la información que supuestamente posee el capo sobre sus relaciones con el poder político Por razones obvias, el tema de la seguridad y de las actividades criminales será prioritario en la agenda local de la próxima administración y sobre todo en la gestión de la gobernación de la república. Quienes la han tratado en corto a la secretaria Rodríguez aseguran que pocas funcionarias del gabinete lopezobradorista tienen la sensibilidad para pulsar los hilos del poder político que están relacionadas con los temas de seguridad y gobernabilidad.
En esta transición, la secretaria Rodríguez seguramente debe estar atendiendo temas propios de su próximo encargo, en medio de ataques hacía su persona que reflejan la intención de complicar el escenario político de transición de sexenios por parte de algunos sectores de la oposición que no terminan de aceptar su derrota. En las oficinas de la nueva presidenta ya identificaron las cuentas desde donde han salido campañas negativas, muchas de ellas que fueron usadas por las oficinas de la oposición. Sólo que en esta ocasión su conversación en redes sociales no tuvo impacto, aunque quedó registrado en el equipo de transición de dónde vinieron los ataques.
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