Indicador político

La Casa Blanca asume tesis de Trump sobre narco en México

En apenas una página y un párrafo, la rimbombante Comunidad de Inteligencia de Estados Unidos que depende de manera directa de la Casa Blanca de Biden asumió integra la tesis del precandidato republicano Donald Trump sobre la responsabilidad de México en el tráfico de drogas que llega a Estados Unidos, que consumen millones de adictos y que lleva ya una media de cien mil muertes anuales por sobredosis de fentanilo.

La Comunidad de Inteligencia de la Casa Blanca es coordinada por la especialista Avril Haines, y tiene bajo su mando la gestión directa de 20 agencias dedicadas a la seguridad nacional en seis secretarías del gabinete presidencial y la CIA como agencia independiente, pero bajo control presidencial. No se trata, pues, de una posición burocrática, sino que la CI puede ser caracterizada, en los hechos, como el ejército civil del presidente de Estados Unidos y que cuenta con capacidad operativa para invadir países y derrocar gobiernos.

La Evaluación Anual de Amenazas de la Comunidad de Inteligencia fue aprobada el 5 de febrero, aunque circulada públicamente el 11 de marzo durante la comparecencia de la jefa del espionaje Haines ante el Congreso. Lo significativo de su reporte de 40 páginas se mostró en las conclusiones, entre todos los temas de seguridad nacional, del expediente de las organizaciones criminales transnacionales (páginas 36 y primer párrafo de la 37) y allí reiteró el criterio central de las organizaciones de inteligencia y seguridad nacional que vía Trump culpan a México de la droga y sobre todo el fentanilo que consumen los adictos estadounidenses y que llega a territorio americano a través de las fronteras sólo por efecto de la corrupción de funcionarios del Gobierno de EU.

El otro dato significativo del reporte anual de Amenazas se localiza en un diagnóstico ajustado a la lógica estadounidense sobre la droga que con libertad consumen los adictos americanos dentro del territorio americano y ante la vista de funcionarios americanos. Y se trata de un problema que tiene prácticamente 20 años circulando en todas las evaluaciones de relaciones México-Estados Unidos y de temas de seguridad nacional.

El señalamiento de que los cárteles del narcotráfico que operan en México son los responsables de las drogas que consumen los adictos estadounidenses viene desde el primer reporte de la DEA de 2005 sobre las organizaciones delictivas mexicanas operando ya dentro de Estados Unidos. Y en 2006 el todopoderoso primer director de Inteligencia Nacional, John Dimitri Negroponte, entregó lo que puede considerarse la primera evaluación anual de amenazas y desde ahí se estableció el criterio de que “la seguridad de Estados Unidos es amenazada por traficantes de drogas” en México.

Y para aderezar más el pánico post 9/11, Negroponte comenzó a manejar el argumento de la vinculación de cárteles con terroristas. Negroponte, por cierto, había sido asesor de Kissinger en Vietnam, embajador de Estados Unidos en Honduras para convertir a ese país en lo que el especialista Gregorio Selser llamó portaviones terrestre Honduras USS convirtiendo a ese país en la principal base del espionaje estadounidense en América Latina y luego embajador en México para operar la firma del tratado comercial que el propio diplomático señaló como el camino para doblegar al nacionalismo mexicano.

Lo que queda del documento de la jefa del espionaje Haines es el uso punto por punto y al 100% del argumento de Donald Trump que culpa a los cárteles mexicanos en México del tráfico de drogas que entra a Estados Unidos por la corrupción de funcionarios americanos y del consumo sin reglas por parte de los adictos. Esta argumentación de Trump es usada por la jefa del espionaje Haines como lo que puede ser un adelanto de análisis estratégico para cuando Trump gane las elecciones y cumpla sus amenazas: invadir a México con fuerzas militares para destruir nidos de narcos o lanzar misiles sobre territorio mexicano.

El documento de Haines debe ser leído en México como un adelanto de lo que vendría con una segunda presidencia de Trump, además de indicar que en el fondo el presidente demócrata Joseph Biden es exactamente igual a Trump en su percepción negativa sobre México.