Indicador político
Las sinrazones de Córdova: salvando a la decaída Xóchitl
Después de la presentación anticlimática de José Woldenberg como orador oficial en el acto político de defensa del INE el 13 de noviembre de 2022 ante iniciativas de Morena que cumplieron con las reglas procedimentales de la democracia legislativa, ahora es el turno de otro consejero presidente del INE ya como abanderado de corrientes sociales que se meten al lado de la oposición conservadora PRI-PAN-PRD en el proceso electoral del próximo 2 de junio.
Si se revisa bien la agenda electoral de Morena, la reforma del INE y del Tribunal Electoral son apenas una parte importante –aunque menor– de la reorganización de las estructuras institucionales del actual y vigente sistema político/régimen de gobierno/Estado constitucional. La batería de reformas que ha estado anunciando el presidente de la República en sus conferencias matutinas no representa, ni de lejos, un cambio de régimen, sino que tan sólo ofrece la restauración del modelo constitucional de Estado que comenzó a cambiar con el proyecto neoliberal de mercado del presidente Salinas de Gortari desde su Plan Global de Desarrollo 1980-1982 hasta las elecciones presidenciales de 2018 que marcaron el fin del ciclo de mercado puro y que abrieron con López Obrador la posibilidad de reconstruir el modelo también constitucional de rectoría económica del Estado.
A pesar de presentarse como académico del derecho político, Córdova ha estado tergiversando el escenario de disputa por la democracia: hasta donde se tienen los alcances del paquete de reformas presidenciales, no existe ninguna que cambie el régimen democrático constitucional por algún tipo de dictadura personal; en todo caso, el regreso a la centralidad del Estado y del Poder Ejecutivo formó parte de la historia política del régimen mexicano, como seguramente en algún momento de su vida el propio Córdova debió de haberlo entendido en el ensayo ya clásico de su padre, Arnaldo Córdova: La ideología de la Revolución Mexicana, donde precisa que el régimen mexicano fue populista en términos de representar los intereses de las clases populares en las decisiones de Estado y de gobierno.
Córdova, como lo estableció en su artículo-panfleto de ayer jueves 18 en El Universal, tergiversa el modelo de “democracia constitucional”, puesto que desconoce que una de las reglas de la democracia es el mandato popular de la mayoría en las instituciones y que la disputa por los enfoques políticos de gobierno se decide en las urnas con el ejercicio democrático del voto y la configuración de corrientes dominantes o hegemónicas.
Hasta ahora, el presidente López Obrador –no se sabe si por convicción o por sentido político– no ha roto la institucionalidad democrática en todas sus propuestas de reforma, y en este contexto muchas de ellas han sido rechazadas por las mayorías legislativas. Ahora, sí se entiende bien la lógica del poder, el presidente de la República está generando un debate sobre iniciativas de reformas que estarían buscando el consenso electoral del próximo 2 de junio en la votación por, entre muchos otros cargos públicos, las dos cámaras federales en donde se discuten, aprueban o rechazan las iniciativas de reformas constitucionales.
La demagogia chillante y neurótica de Córdova está tratando de construir un escenario absurdo: el 2 de julio no se va a votar por una dictadura o una democracia –en las figuras de Morena y en la multitudinaria oposición fragmentada–, sino que se van a elegir a los 500 diputados y 128 senadores que discutirán con unas reglas de la democracia todo tipo de iniciativas para reformas constitucionales, las de Morena en el último tramo lopezobradorista y las de la candidata morenista Claudia Sheinbaum Pardo.
En un acto de conducta engañosa y manipuladora de pánicos del bloque ideológico de la derecha minoritaria, Córdova está tratando de apanicar a la sociedad para distorsionar el debate político en la dinámica dictadura-democracia, una mentira flagrante que ha estado enarbolando todo el bloque de intelectuales salinistas Nexos-Woldenberg-Córdova-Instituto de Estudios para la Transición Democrática y el núcleo jurídico que tiene el control del pensamiento legal de las instituciones de la UNAM para defender el régimen legal constitucional del viejo PRI.
El discurso de Córdova fue anunciado después del fracaso de Xóchitl Gálvez Ruiz como candidata de la atomizada oposición de la derecha mexicana y tratará de construir una propuesta ideológica que Xóchitl y el PRIANREDE no han podido aterrizar.