Indicador político
En la semana que termina leí a dos columnistas, Mario Maldonado y Julio Astillero, que reportaban a sus lectores sus muy personales pesquisas sobre las preferencias que han mostrado algunos gobernadores, casi todos de MORENA, sobre su decisión de abrirse de capa en apoyo de alguna de las Corcholatas que ha inventado López Obrador para elegir al que será el candidato de su partido para las presidenciales del 2024.
En medio de esa euforia de los gobernadores, que definitivamente no quieren esperarse a que se realice la encuesta anunciada por MORENA para saber “quién es la corcholata, sea varón o sea mujer, que el pueblo sabio quiere como el continuador del proyecto político y social de la 4T” apareció una voz discordante, la del senador Manuel Velasco Coello, quien de plano dijo que ya él era el candidato presidencial del Verde.
En su columna de El Universal, Maldonado hace un repartidero de “apoyos” de los gobernadores a las Corcholatas que se supone están en el juego de MORENA, la verdad muy discrecional.
El columnista los coloca donde se le da la gana. Incluso ubica, de pura percepción, a varios gobernadores de oposición (PAN y PRI) con una tendencia hacia Bucareli.
Más moderado Julio Astillero dice lo mismo. Que hay gobernadores (¿ingenuos o pendejos?) que se imaginan que sus simpatías por alguna corcholata harán cambiar la decisión del presidente de México.
Y es cuando uno se pregunta si los gobernadores ¿acaso no saben que las reglas de la sucesión al más puro estilo Macuspana, las pone el presidente de la república y nadie más?
La encuesta que realizará MORENA para elegir a la corcholata que se convertirá en candidato o candidata presidencial, es el modelo avanzado, de nueva y alta tecnología, que creó López Obrador para aplicar el inapelable, rotundo e incuestionable dedazo.
¿O algún gobernador de verdad piensa que se puede ir a jugar la sucesión presidencial basado en una simpatía o, algo más terrible, una corazonada?
Hay que recordar que en la sucesión de Luis Echeverría, el taimado hombre de San Jerónimo dejó que muchos gobernadores se fueran con la finta y apoyaran abiertamente la precandidatura del entonces titular de Gobernación, Mario Moya Palencia, para salir finalmente con una fulgurante y germánica decisión a favor de José López Portillo.
Y el auto destape del chiapaneco Velasco Coello ¿ya es un factor que cambia la posibilidad de que el candidato de López Obrador salga vencedor en las presidenciales del 2024?
¡Por favor!
La verdad los gobernadores tras las Corcholatas no se ven inocentes, sino de plano, como decía el recordado Meme Garza González, están enseñando su lado de pendejos que, hasta la fecha, habían ocultado muy bien.
¡Asnos Dios de tu Rebaño!