Teléfono rojo
En la relación bilateral entre México y Estados Unidos
no todo se resume en si se cumplen a cabalidad los
acuerdos signados en el T-Mec.
Existe otro asunto de mayor importancia.
Es el de la violencia ligada al tráfico de armas la otra
asignatura pendiente en las discusiones de esa
relación bilateral.
Desde el momento en que la administración de Felipe
Calderón permitió la operación Rápido y Furioso, fue
obvio que la mayor parte de las armas que se
introdujeron a nuestro país fueron a parar a manos del
crimen organizado.
Y ese fenómeno no se ha podido frenar con las
acciones de Estados Unidos sobre el tema.
El Papa Francisco y el Canciller Marcelo Ebrard
coincidieron en que la violencia adquiere cada vez más
cantidad de homicidios porque el tráfico de armas es
un factor que alienta las actividades de la delincuencia
organizada.
Recupero una información de la agencia Reuters en la
que, ante el congreso de Estados Unidos, el Pontífice
apuntó de manera por demás enfática:
“El papa Francisco mostró hoy ante el Congreso de
Estados Unidos (septiembre de 2015) su perfil más
político al condenar el tráfico de armas y el terrorismo.
¿Por qué las armas letales son vendidas a aquellos
que pretenden infligir un sufrimiento indecible sobre los
individuos y la sociedad?”
“Tristemente, la respuesta, que todos conocemos, es
simplemente por dinero; un dinero impregnado de
sangre, y muchas veces de sangre inocente. Frente al
silencio vergonzoso y cómplice, es nuestro deber
afrontar el problema y acabar con el tráfico de armas”.
Y ese tráfico de armas, que otorga cada vez más
poderío y capacidad corruptora a los carteles de la
droga, por los beneficios económicos que obtiene
gracias a sus actividades que operan diferentes
facetas de la delincuencia organizada (Narcotráfico,
secuestro, extorsiones, etc.) sigue aumentando y, lo
más grave, es que existen evidencias de que ahora
hay más facilidades para adquirir el armamento que se
introduce ilegalmente a México.
Ebrard participó en la conferencia internacional El
negocio de la letalidad: el tráfico de armas a México,
organizada por El Colegio de México.
En ese foro el Canciller mexicano declaró enfático:
“…nuestro país padece “una pandemia de armas con
diferentes grados de intensidad” y que en los últimos
tres años el país ha detectado y asegurado en todos
los estados armas introducidas de manera ilegal desde
Estados Unidos.
Del 1º de enero de 2020 al 22 de septiembre pasado,
el gobierno federal ha incautado 55 mil 996 armas
introducidas ilegalmente desde Estados Unidos. En el
mismo periodo el gobierno estadunidense sólo ha
decomisado 355 piezas de armamento que los
traficantes pretendían pasar por la frontera.
Ebrard dijo que el armamento incautado proviene de
todos los estados del país vecino, sobre todo de
Arizona, Texas, Massachusetts, California y
Connecticut.
En su reciente visita a Ciudad Juárez, donde recordó
la masacre en la que perdieron la vida tres mexicanos,
Ebrard aprovechó la ocasión para criticar el tráfico
ilegal de armas y dijo que trabajará para que no haya
armas “por todos lados”.
Octubre pasado ha sido el mes con mayor número de
homicidios dolosos en el sexenio de López Obrador.
El Canciller, solidario con la secretaria de seguridad
Rosa Icela Rodríguez, apuntó que los esfuerzos de
México por detener la escalada de violencia, serán
siempre insuficientes si continúa existiendo la
permisividad por parte de Estados Unidos para que el
tráfico de armas siga fluyendo.
La sociedad reclama que los reflectores de las
amenazas de EU y Canadá en las negociaciones del
T-Mec, no distraigan al gobierno mexicano de atender
un problema más grave: el de la violencia que la tiene
llena de terror ante el poderío armado del crimen
organizado.