Trasladan a hospitales a apuñalados en Metro; tienen entre 46 y 63 años
CULIACÁN, Sin., 15 de septiembre de 2024.- La emergencia social que se vive principalmente en la capital del estado de Sinaloa, desde el pasado 9 de septiembre, expone a la población a tener problemas a nivel psicológico y en el estado de ánimo.
Según un comunicado se indicó que incluso, puede agravar trastornos de estrés postraumático al rememorar eventos similares que se han presentado con anterioridad en la ciudad, apuntó la psicóloga universitaria, doctora Violeta Rubí Castro López.
La docente de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), explicó que este tipo de sucesos violentos en la que seguridad de la ciudadanía se ve vulnerada, ya han ocurrido en otro momento y han dejado un remanente en la salud mental, por lo que quizás un porcentaje de la misma puede estar experimentando síntomas de estrés postraumático, ansiedad, angustia, entre otros.
“El estar expuestos a situaciones como las actuales en el estado de Sinaloa y sobre todo en Culiacán, pueden potenciar la presencia de estado de ánimo depresivo, de ansiedad desde leve a moderada, puede tener también el cambio a la forma en la que se observan las actividades porque perdemos una rutina, estamos abandonando nuestra rutina en el exterior y estamos incorporando algunos aspectos del confinamiento como esta experiencia que tuvimos anteriormente con la pandemia”, señaló.
Expuso que por la particularidad de la circunstancia en las que se ve inmersa en estos momentos la ciudad, los habitantes pueden tener distintos tipos de respuesta al estar con la incertidumbre y la zozobra de lo que pueda pasar llegando a detonar sentimientos de pérdida de la esperanza, mantener pensamientos negativos, presentar un estado de ánimo bajo, tener falta de motivación para hacer las actividades y sobre todo sentir mucho miedo.
“Estamos expuestos a no solamente a la parte de estar confinados y con la iniciativa de trasladar todas nuestras actividades a virtual, sino que también, está la contraparte de personas que tienen que exponerse y salir porque lo amerita su trabajo, alguna necesidad que tengan y el también sentirse con una mayor exposición a la violencia puede agravar y acentuar este tipo de manifestaciones y sobre todo, ya podemos empezar a notar quizás cambio en nuestro patrón de sueño, en nuestra alimentación (…) como una respuesta que a la preocupación y a la angustia y a la incertidumbre en la que nos encontramos por no saber cuándo va a terminar esto”, explicó.
La colaboradora del cuerpo académico Procesos Psicológicos, Psicosociales y de salud mental indicó que, aunque es un reto, es importante, en la medida de lo posible, mantener una rutina estructurada en las cosas que cotidianamente realizan, potenciar el poder de resiliencia, así como a no sobresaturar de información de los acontecimientos violentos que se registran, ya que es un factor que puede intensificar las emociones de angustia y miedo e inclusive llevar involuntariamente a las personas a estar en un estado de alerta.
Castro López enfatizó la importancia de anteponer la seguridad física y emocional, por lo que recomendó practicar ejercicios que ayuden a mantener la calma como la meditación, estrategias de respiración, de relajación muscular; además de mantenerse en contacto con la familia y reforzar los vínculos con actividades en las que todos se vean involucrados y de esta forma, estar alejados del estado de alerta acentuado por la naturaleza de la situación.
La especialista informó que a raíz de la pandemia surgieron diferentes instancias como Línea de la Vida, Contacto Joven, entre otras que, brindan apoyo y contención emocional de manera gratuita, por lo que invitó a las personas que sientan la necesidad de recibir primeros auxilios psicológicos a hacer uso de este tipo de mecanismos.