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MORELIA, Mich., 1 de noviembre de 2024.- Alejados de la lente del turista, de la mirada de los curiosos, en la intimidad de sus viviendas, los jñatjo del oriente de Michoacán conservan celosamente una tradición ancestral: los altares de ocoxal. Una tradición para recibir a los fieles difuntos dentro de los también llamados mazahuas que resisten la continúa conquista cultural purépecha y el Halloween.
Primero aclarar, el pueblo jñatjo, conformado por poblaciones de Crescencio Morales, Francisco Serrato, Donaciano Ojeda y otros de Tlalpujahua, Tuzantla y Susupuato, “se identifican con ese término -jñatjo- en su propio idioma, aunque nosotros los conocemos como mazahua, que es el gentilicio que les daban sus vecinos náhuatl (Vázquez, B., et al. (2019).
La temporada de días de las Ánimas la marca la naturaleza. Los cambios que esta presenta, las migraciones y el nacimiento de nuevas especies.
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