Indicador político
Enrique Alfaro es, sin duda, el que tiene el control político y electoral de Jalisco.
Quiere como su sucesor al alcalde de Guadalajara Pablo Lemus. Dante Delgado considera que la baraja debe abrirse contemplando a alcalde de Zapopan Juan José Frangie Saade y otros distinguidos militantes de Movimiento Ciudadano.
Pero Alfaro considera que no le debe nada a Dante, sino que, por el contrario, MC ganó Jalisco gracias al trabajo político de años del ex dirigente de la FEG.
Por ello, ante la tentación de Dante Delgado de seguir manejando su partido de una manera por demás vertical y con su opinión como el factor de mayor peso las decisiones más importantes que se den en ese partido, Alfaro se rebeló ya que considera que, sin aliarse al Frente Amplio Por México, Movimiento Ciudadano logrará una votación por demás pobre y solo servirá para que Dante se vuelva senador y coloque en la lista plurinominal a su círculo cercano.
Pero como todo mandatario que está a punto de culminar su encargo, Enrique Alfaro está preparando el terreno para seguir siendo figura en el momento en que se convierta en ex gobernador.
Ante una eventual candidatura presidencial de Xóchitl Gálvez, Enrique Alfaro considera que su futuro político estaría asegurado si se suma al proyecto de la hidalguense a tiempo.
Primero con una nominación a diputado federal pluri o senador de lista, y, segundo, en el supuesto de una victoria de Xóchitl sobre la corcholata de Morena que sea la candidata o candidato presidencial, Alfaro estaría seguro en el gabinete del FAM.
Dante Delgado no quiere nada con el equipo de Xóchitl Gálvez al que considera representante de lo más radical de la ultraderecha empezando por Claudio X. González y Fernando Canales Clariond.
Es claro que el factor disruptivo entre Dante y Alfaro es la majaderona y campechana de Xóchitl Gálvez.
Un enfrentamiento que afecta a Movimiento Ciudadano de una manera sensible y que al Frente Opositor le aporta en realidad muy poco.
El ganador en este lance, sin meter las manos, es MORENA que ve como se desgastan sus opositores que al parecer no están pensando en una numeralia que les haga verdaderamente competitivos.
Alfaro piensa en su futuro político con una lógica plausible.
Dante imagina que puede llegar a convertirse en un partido bisagra y llegar a ser el fiel de la balanza en el escenario de una disputa por la presidencia harto cerrada entre Xóchitl y AMLO.
¡Se vale soñar Dante!