Miscelánea, salud y política
La tragedia que viven varias entidades de nuestro país que
tienen costas en el océano Pacífico a causa de la furia del
huracán Otis, que se dramatizó por la forma en que azotó al
puerto de Acapulco, ha ocasionado incontables
cuestionamientos sobre la eficacia y capacidad de los tres
niveles de gobierno para atender contingencias de este
nivel.
Uno de los cuestionamientos de la sociedad nacional que
inmediato llenó las redes sociales fue las razones por las
que el actual gobierno desapareció el FONDEN.
El desastre que hay en Acapulco es una figura icónica de la
desgracia propiciada en muchas ocasiones por las omisiones
de las autoridades.
Al momento de redactar las presentes notas, la información
de sobre las dimensiones de la tragedia llega a cuenta gotas.
Acapulco es el emblema de la desgracia. Pero hay otras
regiones duramente afectadas por la furia del fenómeno
meteorológico.
Y sabemos apenas un poco de cuál es su condición de
damnificados.
Existieron advertencias sobre las dimensiones que tendría el
impcto en tierra de Otis.
Infobae dice:
“Otis rompió todos los pronósticos: el Servicio
Meteorológico Nacional (SMN) preveía el lunes 23 de
octubre que no evolucionará siquiera a huracán categoría 1
y que impactara en Guerrero sólo como tormenta
tropical entre miércoles y jueves.
Otis ya pasó a la historia como el huracán que más fuerte
ha golpeado en territorio mexicano.
De acuerdo con el presidente Andrés Manuel López
Obrador, no se tiene reporte de personas muertas o
desaparecidas, pero aún es muy pronto para contabilizar
los daños materiales tanto en casas, como en
infraestructura pública y privada.”
Avisados desde el lunes de lo que vendría con Otis, las
autoridades, federales, estatales y municipales en Acapulco,
no evidenciaron que se preparaban para lo que se
anunciaba como un huracán que produciría un gran
impacto.
Y ya ocurrida la desgracia, la sociedad recordó la forma
tardía y llena de pasmo con la se actuó en el sismo de 1985.
El ex mandatario Miguel de la Madrid fue muy criticado
por su lenta reacción ante el sismo que en 1985 azotó
la Ciudad de México.
¿Ocurrió algo parecido con las previsiones que no
tomaron los tres niveles de gobierno?
Otis es un fenómeno completamente atípico. El cambio
climático está ocurriendo en los océanos. El
crecimiento de Otis de Tormenta a Huracán nivel 5, fue
un comportamiento completamente impredecible.
Lo cierto es que lo que ahora se espera es la acción
gubernamental para la reconstrucción de los lugares
afectados.
Acapulco, víctima inocente de la tragedia, tardará
varios años en volver a ser el mismo.
Ahora sí, en la reconstrucción que esperamos sea
eficiente y sin barruntos de corrupción ¡que Dios nos
coja confesados¡