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CULIACÁN, Sin., 3 de mayo de 2024.- Jesús Manuel Gonzales Sánchez, capellán de la capilla de Jesús Malverde, dijo que siente una gran satisfacción y sobre todo cree que su papá estaría muy orgulloso de él porque hasta este día se mantiene la capilla fundada hace 45 años en Culiacán y la fe en el bandido bondadoso sigue creciendo.
Destaca que él se tuvo que hacerse cargo de mantener la capilla a pesar de su corta edad, ya que no le quedó más remedio cuando su padre y fundador Eligió Gonzales falleció.
“Siento algo muy grande en mi corazón porque ha crecido bastante el culto a Malverde y estoy seguro de que mi padre está muy orgulloso de mí, por todo lo que hemos logrado, yo estaba muy plebe cuando agarre la capilla, mucha gente no confiaba en mí y pues aquí les estamos poniendo la muestra, no es mi esfuerzo, Malverde es el que está logrando esto, él lo hace”, aseguró Jesús Manuel.
Recordó que al principio muchos no confiaban en él, ya que pensaban que se gastaría el dinero que le donaban los devotos y que la capilla estaría descuidada, pero esa duda solo duró unos meses, ya que supo demostrar todo lo contrario.
Lamenta que muchas personas aún creen que adorar a Malverde es algo malo, por lo que miran en muchas series y reportajes, lo asocian narcotraficantes o delincuentes, pero dijo que es todo lo contrario, ya que el santo no juzga a las personas y su capilla está abierta las 24 horas del día recibiendo a todos los visitantes que necesiten pedirle algo o pagar alguna manda.
Asegura que la fe por Malverde traspasa fronteras, ya que todos los años en su aniversario luctuoso acuden a visitar la capilla devotos de países como Colombia, Japón, Australia, Holanda, Guatemala, Honduras, Perú, y que de México acuden de todos los estados.
“Que porque estamos mal, pero no es así, ya que somos personas que hacemos el bien, ayudamos a mucha gente con los donativos que recibimos, incluso el dinero de la renta de los locales que se encuentran en el exterior de la capilla son usados 100 por ciento en obras de caridad”, concluyó Chuy como lo conoce la mayoría de la gente que visita la capilla.