Indicador político
¿Continuidad o Cambio?
La política debería ser la
profesión a tiempo parcial de todo
ciudadano”: Dwight D. Eisenhower
Las formas políticas se modificaron con el actual gobierno, antes si el presidente de la
República se reunía con el candidato presidencial de su partido en precampaña lo hacía en lo
oscurito, para evitar las suspicacias de que el presidente en funciones, ante la cercanía del fin
de su Administración, quisiera usar la máxima tribuna del país para mantenerse en el poder y
favorecer a su candidato. En tiempos de la 4T estas acciones se presumen.
Ayer, 28 de noviembre acudió Claudia Sheinbaum a Palacio Nacional, y se interpretó como la
confirmación de que la precandidata presidencial de Morena, PVEM y PT seguirá contando con
todo el respaldo del presidente y de todo el aparato gubernamental rumbo al 2024. ¿Se está
normalizando el abuso del poder público? ¿Las atribuciones del INE y el TRIFE son
insuficientes para detenerlas y sancionarlas?
A poco más de una semana del inicio de las precampañas, el 20 de noviembre, y al otro día de
que la aspirante presidencial morenista presentara a su equipo, dicen los que la vieron llegar y
salir a la hoy Residencia Oficial Presidencial que no traía el bastón de mando que recibió el
pasado 7 de septiembre por parte de AMLO, se sospecha que éste sigue en Palacio.
Aunque la reunión fue privada, todos vieron a López Obrador blandir la batuta ¿o sería el
bastón de mando? de la estrategia electoral de la coalición “Juntos haremos historia” que
encabeza la exgobernante capitalina. El famoso artefacto fue usado también el pasado 5 de
junio, cuando presidió una cena con los entonces aspirantes a “coordinares” del movimiento y
les leyó las reglas de la contienda.
Ahora sabemos que el prócer de Macuspana aplicó la técnica “humanista” del dedazo para
designar corcholatas; destacar a la elegida con casi dos años y medio de anticipación y
también para fijarles a los aspirantes las reglas para obtener la coordinación..
Hasta determinó los puestos de conciliación para los perdedores que quedaran en segundo,
tercer y cuarto lugares, mismos que obtendrán los liderazgos en las Cámaras de Senadores,
Diputados y puestos en el próximo gabinete. Faltaba más.
Ayer, López Obrador, en La Mañanera ratificó su ideario mismo que será programa de gobierno
para su hasta hoy sumisa sucesora: “la continuidad”, según el fantasioso profeta: “se sentaron
las bases y ya es una realidad que funciona el humanismo mexicano, que es un modelo nuevo
en el mundo”.
Dijo confiar en que “el pueblo rechazará los modelos de país diseñados para favorecer a una
minoría a costa del sufrimiento del pueblo”, mismos que “no llevan a la paz, la tranquilidad, la
gobernabilidad, y mucho menos a la felicidad de los ciudadanos”. Bueno, el modelo
Lópezobradorista en más de cinco años no ha logrado acercarnos a esa meta.
El presidente a 10 meses del fin de su periodo el próximo 31 de septiembre mantiene 66% de
aceptación y 31 % en contra, según la empresa Oráculus, el índice es similar a los registrados
a esas alturas de las administraciones de los expresidentes Zedillo, Calderón y Fox.
A quienes se les está confundiendo cómo convencer al electorado de oposición y a los
indecisos es a los del Frente Amplio por México –PAN, PRI y PRD–. A siete meses de las
elecciones del 2 de junio del 2024 coinciden encuestadoras en que Xóchitl Gálvez detuvo su
crecimiento en preferencias, mientras que la candidata oficial creció.
Según el periódico El Universal en encuesta publicada el lunes 27 de noviembre la exjefa de
gobierno de la Ciudad de México tiene 48% de preferencia, frente a 24% de la senadora del
PAN y 8% de Samuel García. Otras, promedian alrededor de 30 puntos de distancia entre
Claudia, a la vanguardia y Xóchitl, en segundo sitio, y le dan a Samuel, 5%.
Los partidos integrantes del Frente Amplio por México tienen que resolver sus diferencias y
aplicarse en la obtención del voto de los indecisos, alrededor del 35% de los votantes quienes
decidirán el triunfo del próximo gobierno.
Dejar en manos de publicistas difundir que de niña la ingeniera Xóchitl Gálvez vendió gelatinas
no es suficiente para atraer a los indecisos, quienes decidirán el triunfo electoral en 2024, es
momento de que la oposición dé respuestas a las demandas ciudadanas, recurrir a ofrecer un
proyecto de cambio viable e innovador, que la diferencie del proyecto del actual gobierno.
Si el gobierno actual, carente de Ideario y Plan de Gobierno preconcebidos, se caracteriza por
impulsar acciones a voluntad del presidente López Obrador, a las que llama la Cuarta
Transformación; se usan los programas sociales en beneficio de Morena; a los militares se les
convierte en mil usos, y a los correligionarios se les exige obediencia, entre otros, es tiempo de
cuestionarnos.
¿De ganar la Sheinbaum continuará la 4T a voluntad de AMLO o de Claudia? Con la
continuidad de este proyecto ¿qué riesgos corre nuestra democracia? ¿Es conveniente para
todos desaparecer el Poder Judicial integrado por expertos constitucionalistas independientes
para integrar a leales morenistas electos por el pueblo? ¿Continuará la militarización del país?
Dice Gabriel González-Molina, autor de Switchers S2. El segmento de la orfandad. 2023.
(Amazon, versión digital) que el mercado electoral está polarizado, pero ninguno de los dos
polos –oficialistas y opositores–, es lo suficientemente grande para ganar las próximas
elecciones.
La palabra switcher es un término utilizado por estrategas políticos del mundo anglosajón.
Significa “el elector cambiante” o “el votante inestable”. Es el ciudadano al que se puede
persuadir, al final de cuentas el votante potencial que los políticos o las campañas se disputan,
según Parametría.
González describe un mercado electoral repartido en cuatro segmentos: los Leales a AMLO:
21%; los Anti-AMLO: 23%; y dos segmentos de switchers: 1, los que votarán por el oficialismo:
21%; y 2, los que “han vivido en la orfandad” hasta hoy: 35 % de la ciudadanía.
La buena noticia para el oficialismo, es que, si ganan todo el segmento switchers 1, que les es
muy favorable, tendrán 42% de los votos, una votación alta. La mala noticia es que ese 42% es
un techo es decir lo más que podrán ganar, advierte González.
Mientras que la buena noticia para la oposición es que los Anti son 23%, un voto duro mayor
que el de AMLO, y que el segmento switchers 2 está alejado de AMLO, pero tampoco es
seguro para la oposición: es un segmento de votantes que hay que ganar ofreciéndole lo que
quieren, no lo que inventan candidatos o partidos.
Lo que valoran los “huérfanos”, o sea los indecisos, es: su esfuerzo como fuente de riqueza.
Son sensibles a una narrativa de oportunidades para salir adelante y la esperanza de vivir.
Necesitan apoyo emprendedor, empleos con potencial de crecimiento, impulso a los micro y
pequeños negocios. Exigen mejoras en educación y salud y una estrategia real contra el crimen
organizado.
Qué interesante mensaje le dirige Gabriel González-Molina a la oposición, se trata de un
investigador especialista en temas electorales. Los oficialistas, aunque quisieran no podrían
hacer cambios a la 4T, debido a que su creador y guía les exige lealtad a ciegas.
De Samuel García mejor no ahondar en sus propósitos reales. Incurrió en grave crisis de
ilegalidad al solicitar licencia en lugar de renunciar y al nombrar sucesor en lugar de dejar que
sea el Congreso de Nuevo León quien elija a su sustituto.
Tampoco habla bien de él tratar de aprovecharse de la influencia de su mujer en redes, cuando
solo él es el aspirante, no se trata de elegir pareja presidencial. Y lo de portar una camiseta de
Tesla, no está sustentado, debido a que el proyecto de esa empresa estadunidense sigue en el
aire.