Indicador político
El costo que tendrá la reconstrucción de Acapulco después
de los estragos que dejó en el puerto el huracán Otis, no
han sido siquiera calculados.
El gobierno está rebasado hasta en el trabajo de estimar
qué cantidad de dinero será requerido efectivamente para
la primera fase de reconstrucción de Acapulco.
La pregunta se viene por lógica pura:
¿Existirán recursos para “poner de pie a Acapulco” como
reza el discurso gubernamental?
Una sola parte de los recursos con los que se cuentan la
reseña con gran inteligencia e información, Enrique
Quintana en su columna de ayer:
“El presidente López Obrador dijo que los recursos
disponibles para la atención del desastre en Acapulco no
tendrán límite.
Es buena frase, de esas que han permitido al primer
mandatario mantenerse con niveles elevados de
popularidad, pero nada más.
La realidad es que los recursos sí tienen límite y me temo
que no van a alcanzar.
En un desastre de las magnitudes que tiene el efecto de
Otis en Acapulco hay al menos dos fases que deben
considerarse y que requieren dinero, aunque en diferentes
magnitudes: la atención a la emergencia y la
reconstrucción.
La primera implica el despliegue de capacidades para poder
atender las necesidades más esenciales de la población
afectada, así como la reparación de la infraestructura
fundamental, como por ejemplo, la provisión de energía
eléctrica, las telecomunicaciones o los caminos.
No es bajo el costo de este trabajo, pero tampoco exige de
cantidades que rebasen lo que hay disponible.
El Fonden, que sí existe, aunque ya no sea un fideicomiso,
cuenta en principio con 11 mil 758 millones de pesos, que
resultan de los 17 mil 156 millones que le fueron asignados
en el Presupuesto del 2023 menos 5 mil 398 millones que
fueron usados en los primeros seis meses del año.”
¿Cuánto le cuesta a un partido en el poder realizar una
campaña presidencial ganadora?
Lo más caro se presentará cuando la campaña del
oficialismo tenga que construir su estructura electoral,
prepararla meses antes del día de la elección y finalmente,
ese día, que para el caso que nos ocupa será el 2 de junio
próximo, tener recursos suficientes para movilizar a un
verdadero ejército de presumibles apoyadores de la
candidata presidencial.
En ese lapso, cuando menos tres meses antes del día de la
elección, el gobierno deberá contar con los recursos
suficiente para sufragar los gastos que no alcanzarán a
cubrir las prerrogativas que el INE asigne a MORENA.
¿Y si en Dos Bocas se vuelve a demandar otra millonada de
dólares?
¿Y si lo mismo pasa con el Tran Maya y el Interoceánico?
Esa expectativa tan grave de resolver, seguramente es la
causa de que el presidente López Obrador esté sumido en
el desconcierto ante la tragedia.
La pésima e increíble propaganda oficial nada tiene que ver
con el dinero que se necesita para solventar los gastos
mencionados.
La circunstancia es mucho más grave de lo que la élite del
oficialismo piensa.