Poder y dinero
· Monreal se aleja cada día más del presidente
· Piedra Ibarra no tiene tiempo para el Senado
· Nada contra el Ejército, que afectó a Roccatti
Razones tendrá.
La principal: la interparlamentaria México-España estaba concertada desde hace tiempo y el Senado de la República supervisa la política internacional del país.
La segunda: no estaba prevista la marcha pro presidente del domingo próximo cuando se desarrollaban los preparativos de la misión mexicana y se conformaba la legación de legisladores.
Pero el domingo se dará un paso más de alejamiento de Ricardo Monreal con el presidente porque éste no acepta la menor interpelación y muchos menos una desobediencia.
Clarito lo tiene Ignacio Mier, quien prefirió lagotear y cancelar el viaje a Madrid en su calidad de presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la Cámara de Diputados.
El mismo cargo de Monreal en el otro cuerpo legislativo.
Para Mier es de especial importancia aparecer en la foto, y presumirla, en un recorrido sin sentido del Angel de la Independencia al Zócalo para ganar la candidatura a gobernador de Puebla.
Y ante eso carece de sentido pensar en la representación camaral a través de su presidente, el panista Santiago Creel, quien sí será parte de la comitiva parlamentaria oficial del 25 y 26 próximos.
Así Ricardo Monreal nunca pasará a corcholata y menos a corcholata favorita.
ROSARIO NO TIENE TIEMPO
Los tiempos dan lecciones.
Ahora está una en el escaparate.
Rosario Piedra Ibarra ha decidido mandar al carajo al Senado de la República, quien contra lógica y merecimientos la escogió como presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
¿Por qué no va?
Porque su “agenda comprometida con la atención a las víctimas” para todo noviembre, según explicó en oficio al presidente senatorial, el poblano Alejandro Armenta.
Agregó en el oficio CNDH/PRE/488/2022:
“Estoy en la mejor disposición de acudir a esa soberanía, para abordar con las y los senadores el tema que se propone en dicho acuerdo, una oportunidad inmejorable para que se escuchen voces que no han sido escuchadas, que tienen mucho que decir respecto a los derechos de las niñas, niños y adolescentes”.
Por ello quiere someter al Poder Legislativo: agendar con oportunidad para atender el exhorto.
Así son evadidos los temas urgentes.
NADA CONTRA EL EJÉRCITO
Como activista, Rosario Piedra Ibarra puede verse en otro espejo.
Contrasta con el comportamiento y labor de Mireille Roccatti, quien fue removida de la Comisión en noviembre de 1999 luego de varios roces con el gobierno de Ernesto Zedillo.
Uno de los puntos de fricción fue solicitar el retiro de las Fuerzas Armadas de Chiapas, asiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) del subcomandante Marcos porque su presencia causaba fricciones.
El Senado la quitó y ella acató.
Una mujer cuyo currículum y papel tiene méritos y números: Roccatti estaba llena de acciones a favor de los derechos fundamentales, mientras Piedra Ibarra fue impuesta como activista cuatrera.
Al frente de la CNDH, Roccatti recibió 20 mil 500 quejas y atendió 15 mil 500; Piedra Ibarra apenas ha emitido 219 recomendaciones y dictado 149 medidas cautelares.
Nada contra la militarización y sí embestida –“anticonstitucional”, protesta Lorenzo Córdova– contra el Instituto Nacional Electoral (INE) para dar gusto a su jefe.
Esa CNDH tenemos.